P Hace poco más de un año que llegó, por concurso público, a la dirección del Institut Valencià de Cultura (IVC). ¿Qué balance hace de este tiempo?
R El balance es positivo a pesar de que hemos dedicado una parte ingente de tiempo y recursos a pagar cosas del pasado y a atender herencias. Por ejemplo, teníamos préstamos de hasta cinco millones de euros solicitado por Teatres y que se están devolviendo.
P ¿Le permite esa herencia avanzar en su proyecto?
R Ya se ve el camino tanto en la programación de los espacios públicos como en las actividades; por ejemplo, tenemos la recuperación como mercado de Dansa València. En cuanto a la atención al sector, no solo se han triplicado las ayudas económicas sino que también se han adelantado los plazos sustancialmente para que estén dentro del ejercicio económico en el que se publican.
P ¿Está más cerca de su proyecto?
R El secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, dice que estamos haciendo el trabajo del lema de Real Academia de la Lengua: «limpia, fija y da esplendor». Estamos en ese proceso del final de limpiar y fijar estructuras, hemos avanzado en acciones que es lo que percibe el público. Cambiar el color de una pared es rápido, pero modificar su estructura es mucho más lento aunque más efectivo a medio y largo plazo y ese es nuestro trabajo.
P ¿Cómo avanza esa puesta al día de la deuda de cinco millones?
R Por los cinco millones de deuda hacemos menos actividad. Al final, entre lo de cada ente de CulturArts hablamos de 12 millones, cuando el presupuesto del IVC es de 30. Si 12 ya estan endeudados la capacidad es limitada. En ese proceso de limpieza se han hecho actividades y creado ilusión en el público. Y ese es uno de los pilares del IVC, además de crear nuevos públicos, y que los festivales tuvieran sentido y no fueran solo un cúmulo de actividades. Que parte del presupuesto haya tenido que ir a pagar acciones pasadas no nos ha permitido hacer todo lo que nos hubiera gustado hacer. Aún así, sí podemos hablar de una evolución de público y profesionales.
P Parece complicado llegar, entonces, a una deuda cero.
R En las administraciones públicas deberíamos llegar a la deuda cero anual. El Govern va en esa línea de no acumular deuda para generaciones próximas.
P ¿Ese objetivo de deuda cero pasa por pasar por aligerar estructuras?
R Más que aligerar hablamos de rentabilizarlas, tanto los materiales técnicos, como espacios y personal. Es más operativo en una estructura del siglo XX que según qué plazas. En ese camino estamos, intentando ser más eficaces y eficientes.
P De ahí la relación de puestos de trabajo que han propuesto y que ha levantado cierta polémica entre los trabajadores del IVC.
R El mayor quebradero de cabeza lo dan las plazas por las que es imposible negociar. De la anterior estructura hay plazas que están consideradas en fraude de ley por sector público de la Conselleria de Hacienda. Hay gente que trabaja en unas tareas cobrando un importe sin el requisito académico necesario para acceder a esas cuantías. Hemos planteado una relación de puestos de trabajo en la que ese tipo de acciones al margen de la legislación no están. Es triste decirlo porque detrás de esas plazas hay personas pero lo que está al margen de la ley no se puede aprobar de ninguna manera. No se puede hacer bueno lo que en el pasado se hizo como chapuza administrativa.
P Se habló de paros por parte de los trabajadores en festivales como Sagunt a Escena que acaba de comenzar.
R De momento creemos que reinará la cordura y sentido común y no se perjudicará la actividad cultural. Hemos sido uno de los pocos entes públicos que hemos llegado a un acuerdo con el comité de empresa y sindicatos para la modificación sustancial de contratos, que es un paso previo a la relación de puestos de trabajo.
P La transparencia es uno de los términos más empleados en el actual gobierno. ¿Por qué el puesto de director de Cinema Jove o Sagunt a Escena no salieron a concurso público?
R Sacar una plaza a concurso público como fue el caso del IVC, del Consorci de Museus o de las direcciones adjuntas requiere tiempo y una modificación legislativa. Supone una dirección de presupuesto importante y de personal a su cargo. En el caso de festivales quizás es excesivo llegar a procesos similares. Sí es interesante que la transparencia esté en los criterios para elegir a los responsables de los festivales.
P ¿Tendrá director Ensems?
R Lo he hablado con la directora adjunta de Música, Marga Landete, y consideramos que Ensems debe tener una dirección singular al frente. Aunque aún es pronto para decir un nombre, ya ha habido voluntarios y voluntarias.
P Esta ha sido la primera temporada también del sello Teatre del Poble Valencià, ¿cómo ha ido?
R Nuestro objetivo es llegar a las 12 producciones y coproducciones en artes escénicas al final del marco a 2019-20, pero vamos a llegar mucho antes. La línea del Teatre del Poble Valencià es apostar por producciones valencianas 100 % públicas o en coproducción con empresas del sector o instituciones y en las que se pueda exhibir la producción escénica valenciana en valenciano y castellano. Su otra faceta es el montaje de espectáculos del repertorio teatral universal solo en valenciano porque si no lo hacemos nosotros nadie lo hará.
P Los autores valencianos, sin embargo, se quejaron de falta de presencia en las tablas públicas.
R A los hechos me remito. Hemos hecho producciones con autores consagrados y noveles. Quizás no supimos explicar en qué estábamos trabajando.
P También hubo críticas en la última entrega de premios de los actores.
R La cultura debe ser crítica para hacernos reflexionar y no acomodarnos con el relativo éxito que podamos tener en cada momento. No es que agradezcamos las críticas pero las comprendemos y hay cosas que compartimos.
