El pintor Juan Genovés (València, 1930) expondrá en la galería Marlborough de Madrid 13 grabados inéditos bajo el título «Aledaños» a partir del próximo 14 de septiembre hasta el 21 de octubre. La muestra, una edició?n limitada del creador valenciano de diez ejemplares más una prueba de autor, está realizada con la técnica de Gicle?e en papel Hahnemu?hle Photo Rag, es decir, una técnica acrílica sobre estampación digital. El tema principal es el mismo que Genovés viene trabajando recientemente en sus pinturas: un giro hacia la investigación del movimiento estático en la pintura donde la multitud se ha convertido en la referencia para hablar del ritmo visual. Las obras originales son un ejemplo típico del poderoso arte de Genovés: la humanidad bella y distante a la vez. Un mundología que transcienda la cotidianidad de un hombre inconformista, crítico y atento a las nuevas corrientes modernistas. Aunque un árbol, como una persona, puede escaparse de la vulgaridad simplemente por callar. Pero Genovés hizo todo lo contrario y manifestó en sus cuadros la potencialidad del delirio visual y espacial de la aventura humana. Una expedición de vértigos hilvanada por el compromiso social para un hombre que vivió la dictadura y supo esperar la libertad.
«Mi intención con esta entrega es confundir la visión del espectador», afirma Juan Genovés a Levante-EMV desde de su estudio de Madrid donde se pasa «más de cinco horas trabajando todos los días, incluido domingo y festivos». Genovés, que sigue «con la ilusión intacta» como aquel niño que observaba los cuadros del Museo San Pío V y la del joven que entró a la Escuela de Bellas Artes con tan solo 15 años, adelanta que el año que viene por estas fechas realizará una exposición más amplia en la sala grande de la galería Marlborough para inaugurar la temporada 2018 con más de una treintena de pinturas «con el mismo estilo de la obra gráfica intervenida» que se presentará el próximo mes de septiembre.
«Me he inspirado en el realismo impresionista porque utilizo la técnica del relieve. Hay un juego subjetivo y visual entre lo que es la forma de relieve y el plano», expresa un artista inquieto y preocupado todavía a sus 87 años por la necesidad de renovar el arte pictórico. «Estas obras me han aportado libertad al subconsciente, es decir, un fluir de las ideas que es muy difícil de manifestar y que con estos cuadros he podido hacer porque no he sentido reponsabilidad alguna», asegura Genovés, que tiene su lugar de descanso en su València vital y natal en la playa del Perelló donde «el mar no tiene fin».
«Un pintor es más bueno cuando es mayor pero ahora, por mi edad, me cuesta más trabajo pintar aunque el disfrute es mayor», manifesta el artista, como si se tratase de un vino gran reserva, que tiene en su estilo personal la única constante en la vida. Genovés es Académico de Honor de Bellas Artes y en el 2005 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
«Quiero que la persona que vea el cuadro en profundad entre dento de él más que el propio creador», declara un autor que cree que cada cuadro «tiene vida propia» porque lo define como «la aventura del tiempo» donde, en definitiva, el arte sirva para explicar el mundo.
Como dice Juan Genovés, un cuadro para lo último que sirve es para colgarlo en una pared. Antes, la obra es portadora de ideas, renovadora de conceptos y testimonio de una época como así lo ha hecho el sentir y el pensar de uno de los artistas más revolucionarios que ha nacido en València.
