El dramaturgo Mario Gas dirige Calígula, una de las grandes piezas dramáticas de Albert Camus escrita en el año 1937 y que el director catalán proyectará hoy y mañana en el Teatre Romà de Sagunt. El Premio Nobel de 1957 concebía el teatro como un «arte de carne y hueso que otorga a cuerpos vivos el cuidado de traducir sus lecciones donde existe por esa complicidad del actor y del espectador que le dan un consentimiento mutuo y tácito a la misma ilusión».

Mario Gas afirma a Levante-EMV que «la obra me fascina porque no acabo de entenderla, por ello, la quiero comprender junto a los actores y el público».

La representación, basada en el emperador romano descrito por Suetonius, plantea en las tablas «el sinsentido de la existencia porque las personas se mueren y no son felices. Para entenderlo, Albert Camus busca un fundamento basado en la solidaridad y en la coherencia», asegura.

El trabajo del autor francés sigue presente con el paso del tiempo con «unos planteamientos que hace que sea un texto teatral muy vigente porque incomoda con las preguntas que lanza», manifiesta Gas que aclara que el montaje está protagonizado por Pablo Derqui porque «es uno de los mejores actores de su generación. Es un hombre con una sensibilidad enorme y una capacidad de trabajo estupenda».

Sobre la puesta en escena en el Teatre Romà explica que «será rigurosa porque huyo del Calígula más patológico. El público se encontrará con algunos pasajes que se han traducido de una manera inesperada». Gas sentencia que «el teatro es un lugar vivo en el que nos explicamos historias unos a otros para conmovernos y aprender» y concluye que «una obra de teatro no es un mensaje único si no que es un aprendizaje de vida que sorprende».