«Para que una película sea subversiva tiene que hacerte reflexionar». Así definía la directora de cine valenciana Giovanna Ribes ayer el propósito de su nueva producción «Familia (dementia)», una cinta que galopa a caballo entre el drama y la comedia, grabada en blanco y negro y en valenciano. Este proyecto, que muchos ayer tildaban de «valiente» tras la proyección de prensa en los Cines Babel de València, habla de los mayores, nuestros mayores.

Habla de cómo una enfermedad como es la demencia revoluciona, de pronto, las relaciones familiares y cómo, en situaciones incontrolables, cada uno saca sus sentimientos más ocultos, la lucidez dentro de la locura. Con Pep Cortés como protagonista y acompañado de Lola Moltó, Sergio Caballero, Mireia Pérez y Ciro Maró en el reparto principal, Ribes se propone retratar una historia real. Su historia. La historia de muchos que han visto de cerca lo que es la senilidad o el Alzheimer.

Con València y su huerta como escenario, la familia de Roger asume su realidad, una realidad que a veces supera la ficción, sobre todo en una mente que cambia de escenario por momentos.

Ayer, Pep Cortés estaba emocionado, « és la primera vegada que veig la pel·lícula», confesaba. Y resumía su percepción, al tiempo que una lagrima recorría su mejilla (« perdoneu...», decía): «Esta película es un acto de amor, de acuerdo a la poética de las imágenes, de los silencios...», opina.

Estos dos últimos aspectos han estado muy cuidados por la directora de la película quien explicaba ayer que la ciudad de València tiene tanto color por sí sola, que ha querido hacerla en blanco y negro para centrar toda la atención del espectador en los personajes «aunque la iconografía esté presente en los escenarios».

Asimismo, Ribes ha creado un lirismo en su película sin música. «El silencio es música», añadía sobre este detalle Sergio Caballero.«Las vivencias malas se hacen poéticas con luces y sombras», explicaba Lola Moltó.

Hay un tercer elemento: la película está en valenciano y crea una normalidad lingüística en un entorno valenciano. Así, el actor principal, Pep Cortés, reivindicaba ayer la necesidad de un cine propio en esa lengua, en un momento de «juventud y revitalización cultural del idioma». «Con esta cinta Giovanna demuestra que es posible un cine digno y en valenciano», opinaba Cortés.

Ribes explicaba que la convivencia entre generaciones ha cambiado y, de la misma forma que antaño los hogares eran intergeneracionales y se normalizaban las etapas de la vida, ahora «todo está formalizado» y sentimos cierta «vergüenza» en situaciones que se salen de lo «normal». «El envejecimiento está menospreciado y no se valora», explicaba. «Hemos perdido la capacidad de escuchar a los mayores». El filme muestra el amor por las familias, las adversidades, las barreras, la afinidad, la capacidad de comprensión.

Una cinta que refleja una realidad que viven muchas familias porque, en palabras del elenco, «La demencia no solo la sufre el enfermo, en este caso Roger, sino todos los personajes, su familia» que viven con él las reacciones a una mente que viaja intermitente entre el pasado y el presente.