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Entrevista

Jason Webster: "La literatura funciona cuando nos ayuda a entender mejor la vida"

«La novela negra sirve para abrirnos los ojos a lo que no veíamos»

Jason Webster: "La literatura funciona cuando nos ayuda a entender mejor la vida"

P ¿Cómo se mete un nacido en EE UU, de familia británica, criado entre Reino Unido y Alemania a escribir sobre un inspector de policía en València, sobre los toros y la Cremà?

R Viví unos doce años en València. Mi mujer es valenciana, también mis dos hijos nacieron en la capital del Turia y seguimos con una fuerte conexión con la ciudad. Cuando empecé a escribir esta novela, llevaba tiempo pensando en entrar en el género negro, y al mismo tiempo quería introducir la ciudad de València al lector extranjero. Ahora ves muchos turistas por el centro, pero entonces (hace nueve años) no había tantos, y me parecía una lástima que un sitio tan bonito no fuese tan conocido como debía. Por eso toda la narrativa de la novela ocurre en Fallas, que no hay época del año más valenciana (y más polémica) que la fiesta de San José.

P ¿Cómo surge esta novela?

R Con todo el ruido de Fallas, había pensado varias veces (como muchos, supongo) que sería un momento idóneo para asesinar a alguien: no se oiría el sonido de una pistola. Luego, hablando de los toros un día, me comentaron que el presidente de la corrida muchas veces era un policía, como representante del Ministerio del Interior. Este dato me impresionó, y empezaba a enlazarlo con la primera idea. Así que pensé en cómo sería si el mismo policía-presidente de la corrida tuviese que investigar el asesinato de un torero que acababa de lidiar… Y todo en Fallas, por supuesto.

P ¿En qué se ha inspirado?

R En ese momento, José Tomás acababa de volver al ruedo y todo el mundo hablaba de los toros. Había un debate realmente intenso sobre el futuro de la «fiesta nacional», que si en Cataluña se iba a prohibir, si había suficiente público como para que sobreviviese: según los sondeos de entonces un 60 por ciento de los españoles o estaba en contra, o no tenía interés en los toros. Luego llegó José Tomás y todo cambió. Me resultó muy interesante y quería contrastar el mundo violento del toreo con el mundo violento del asesinato y de un detective de homicidios.

P Y en términos generales, ¿en qué se inspira un escritor de novela negra?

R En cualquier cosa. La interacción del mundo alrededor con la imaginación propia crea una cantidad enorme de material. Luego hay que filtrarlo, sacar lo que realmente sirve e intentar usarlo. Un escritor de novela negra no trabaja de manera diferente a otro tipo de escritor. Simplemente canaliza sus ideas hacia cierta forma de literatura. Puede que un poeta se especialice en sonetos, pero eso no quiere decir que no pueda escribir otras formas de poesía o que sea diferente a otros poetas.

P La realidad, en el género, ¿supera la ficción?

R La literatura, como cualquier arte, funciona cuando nos ayuda a entender mejor el mundo y la vida. Y para eso tiene que resonar a nivel profundo dentro del lector. Por esto existe la «licencia artística», porque lo más importante es estimular esa respuesta, esa reacción. Sin embargo, lo que se suele llamar «el mundo real» produce buena cantidad de anécdotas e historias extrañas que no se puede usar en una novela porque la gente te dice «eso no me lo creo». Es la paradoja continua a que se tiene que enfrentar un escritor.

P Cuando hablamos de novela negra la imaginación parece llevarnos a ciudades como Nueva York. ¿Tan válida es València como cualquier otra ciudad para estos escenarios criminales?

R No por ser exótico o famoso funciona mejor una ciudad como escenario. La novela negra nos puede servir para abrirnos los ojos a lo que tenemos delante y que no veíamos. Se puede ambientar en cualquier sitio.

P ¿Habrá más aventuras de Max Cámara, el protagonista de esta novela, en València?

R Sí. Ya existen seis novelas de la serie. La segunda (La muerte en Valencia) se editará en España este otoño.

P Además, ha escrito mucho sobre España. ¿Qué le atrae de nuestro país?

R Me enamoré de España con 14 años cuando vi por primera vez unas imágenes de la Alhambra. Más de 30 años después mi fascinación por el país no hace más que enraizarse. Me harían falta unas cuantas vidas para investigar todo lo que me gustaría saber sobre una cultura tan rica, complicada y abundante.

P Visto desde fuera, ¿cómo nos ven en Europa?

R Depende de con quién hables. Hubo una época (en los 80 y 90) cuando España se veía como un país emocionante, chisposo y con muchas posibilidades. La crisis y sobre todo la corrupción han cambiado eso. Pero sigue siendo vistoso, amable y acogedor. La historia aporta mucho, y muchas ciudades (incluso València hasta cierto punto) se están convirtiendo en museos abiertos. El truco, sin embargo, está en no matar la gallina de los huevos de oro, en no acabar con el encanto original que atrae a la gente en primer lugar. Es un equilibrio complicado de conseguir, que en ciudades como Barcelona o Toledo creo que ya se está perdiendo.

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