Después de su incansable gira por casi todos los festivales españoles, el grupo Lori Meyers presenta En la espiral - su último trabajo- el próximo sábado 9 de septiembre en La Rambleta dentro del ciclo musical Momentos Alhambra. Este álbum ha sido uno de los más anhelados del año, ya que condensa lo mejor del sonido del grupo granadino a lo largo de sus 20 años de andadura.
¿Cómo preparáis el concierto del próximo sábado?
Tenemos muchas ganas porque es una sala cerrada y hace tiempo que no tocamos en un sitio así. Venimos de muchos festivales y realizar una sesión en un espacio como La Rambleta nos gusta porque los músicos estamos cercanos al público.
¿Cómo es la relación de València con Lori Meyers?
Mi pareja María es de Foios, tengo familia política en la terreta y vengo mucho. Un elevado porcentaje de las actuaciones que tenemos durante el año son en la Comunitat Valenciana. Lori Meyers no hubiera tenido tanto éxito sin València porque ha sido donde nos ha visto más gente.
¿Cuál es la importancia de los festivales para los grupos como vosotros?
Es el mejor escaparate que podemos tener todos los grupos porque siempre hay gente que intenta descubrir grupos nuevo. Los festivales son dinámicos porque son conciertos relativamente cortos y pasan muchas bandas por el festival. Como músicos nos gustaría que los festivales tengan un poco más de reposo y menos conciertos para poder hacer shows más grandes.
El nuevo disco ha sido número uno en ventas.
Es un orgullo para nosotros pero, sobre todo, es un premio para toda la gente que nos quiere y nos apoya. La gente que tiene detrás Lori Meyers son los que han hecho posible ese hito. El nuevo disco es un paso evolutivo en nuestra música porque las estructuras musicales no están fijas. Se parece al rock psicodélico de los años 70. Hemos recuperado la infancia de cuando empezábamos ya que no hemos tenido ninguna prisa.
¿Es un alegato en contra de la sociedad?
Es un alegato con uno mismo y contra la sociedad por la deshumanización y la pérdida de valores que, desgraciadamente, sufre. Es un disco emocional y sentimental sobre lo que estamos viviendo. En las canciones se plantean dualismo, es decir, el bien y el mal.
¿Cómo definirías Lori Meyers?
Es difícil definirnos porque somos tres y cada uno con su propia personalidad pero podríamos decir que somos inconformistas porque nunca nos hemos visto techo y tenemos la conciencia de seguir creciendo. Queremos ser mejores músicos y hacer mejores canciones para devolver a la música todo lo que nos ha aportado.
¿Cómo se desarrolla esa ambición?
Porque hemos visto que mirar hacia detrás no sirve para nada. Por eso seguimos juntos. El dicho de «disfruta de lo que haces y no trabajarás nunca» parafrasea la filosofía de Lori Meyers.
¿Cómo se consigue aprender de la música?
Amándola y escuchándola. Lori Meyers fue autodidacta porque nuestros padres nos pusieron estilos y ritmos muy buenos. Vivir los 90 nos ayudó mucho y escuchar muchos estilos musicales también.
¿Qué clase de estilos?
Música electrónica de los 2000 como The Chemical Brothers, clásicos como el piano Erik Satie, un romanticismo afrancesado; y flamencos como Paco de Lucía, Camarón o el grupo Triana, que fusionó el rock con el flamenco. De ellos hemos aprendido mucho pero sin perder nuestra personalidad.
