Escuchamos melodías a todas horas y en todos los lugares. Lo hacemos en el coche, en la espera de las colas, en el autobús o en el tren donde, a través de los ritmos, disfrutamos de una experiencia más confortable. La música, compañera de viaje de nuestras vidas, es la única actividad cultural que no ha dejado de transformarse durante el siglo XXI según los datos que recoge un estudio de la Universitat de València junto a la Generalitat Valenciana. El triunfo del mestizaje para avanzar en el tiempo. Después de la visión de programas televisivos, escuchar música es la práctica más extendida ya que la realiza un 86 % de la población en 2015 a pesar de que hay un 14 % que dice no escuchar música nunca o casi nunca, igual que hay un 34 % que no lee. No hay que desaprovechar la riqueza de nuestros sentidos.
Asimismo, se ha producido una sustancial disminución en la escucha hogareña, situándose en el 69 % en el año 2015 aunque, por otro lado, ha crecido extraordinariamente la audición en el coche. El interés por la música se mantiene estable en un 7,5 puntos sobre 10. A pesar del avance tecnológico, el 64, 5 % de la sociedad utiliza la radio para escuchar música y el 24 % los dispositivos móviles. La digitalización ha acelerado y radicalizado un proceso que viene dándose desde que se originaron las prácticas de grabación musical y, por tanto, la transformación de las prácticas de escucha. La sociedad actual centra la atención en el pop rock español con un 61,2 % que, con el paso del tiempo, estira su reinado y aumenta su porcentaje de presencia en conciertos el último trimestre. A todo ello ha contribuido grupos como Radio Futura, Héroes del Silencio, Gabinete Caligari o Loquillo. Voces históricas con las que todavía bailamos cuando suenan porque lo bueno siempre permanece. Por ejemplo, Andrés Calamaro, que después de Los Rodríguez empezó a construir su reputación, tiene un récord de ventas de 3 millones. El hecho de haber residido en España y Argentina le ayudó a consagrar éxitos importantes a lo largo de su carrera y, actualmente, es un presente permanente en las listas de distintos países. El rock no tiene fronteras y muchos artistas internacionales rinden tributo al género más escuchado del mundo. La eternidad de la historia. La diferencia de la calidad. El pop rock sigue siendo el rey.
En segundo lugar reside el pop rock extranjero y los cantautores como Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat o Ismael Serrano ocupan la tercera fila. La canción de autor critica las injusticias sociales y tiene gran tradición en las comunidades mediterráneas.
Ópera: la asignatura pendiente
Los tipos de música extranjera y latina se hallan en retroceso y la asistencia a actividades musicales como estas es minoritaria. Por otra parte, los espectáculos de ópera no superan el 5 %. Según los expertos consultados, esta disciplina musical no reflota porque en el imaginario colectivo todavía permanece la idea de que es excesivamente cara a pesar de las significativas ofertas del Palau de les Arts Reina Sofía que, con el programa «Les Arts per a tots», ofrece precios populares para facilitar la asistencia.
El público asiduo a la música clásica se halla inamovible en el 5 %, donde los universitarios hasta 24 años son uno de los perfiles que más escuchan este género y asisten a los concierto del mismo estilo en el que triunfa la orquesta sinfónica a pesar de que el perfil histórico es el de mayor de 65 años. La asistencia a conciertos de música actual tampoco deja de ser minoritaria aunque el porcentaje de los asistentes se sitúa cerca del 10 %. La crisis económica y la puntilla del 21 % en el impuesto del IVA golpearon a una de las disciplinas artísticas más omnipresentes de nuestras vidas. Solamente en el caso del ballet se ha producido un incremento paulatino de medio punto. Las mujeres manifiestan un interés mayor por la música moderna antes que los hombres, sin embargo, «su realización es menor porque no gozan de libertad suficiente cuando son jóvenes por los prejuicios paternos, algo que con el paso del tiempo está cambiando», según reza el estudio. Del mismo modo, las generaciones jóvenes son las que más música escuchan diariamente pero, paradójicamente, son los que menos van a los conciertos.
Los jóvenes y los solteros sin hijos que viven en casa de sus padres suelen escuchar música a diario en más de un 80 % de ocasiones. El usuario de plataformas streaming como Spotify, con un catálogo que supera hoy los 15 millones de canciones a diferencia del primer iPod con solo 1.300 canciones de almacenamiento, aumenta su oferta con el tiempo. Hay millones de canciones en nuestro bolsillos y cada una tiene su público. En la variedad está el gusto.
