El mural que viste la fachada trasera del Institut Valencià d´Art Modern (IVAM) ha dejado de ser un misterio. No así su creador, el artista urbano valenciano Escif, que no acudió a la presentación de su obra, ayer.

El encargado de mostrar la pintura -de unos 100 metros lineales- fue el director del centro de arte, José Miguel G. Cortés, quien destacó que el mural de Escif es el «más grande de toda España», dijo orgulloso. G. Cortés explicó que el trabajo de Escif en el solar «habla de los lugares, las personas y las historias del barrio» en el que se encuentra. «Es un mural de convivencia». Un diálogo con las calles y su gente. De este modo, señaló que las imágenes que Escif ha plasmado sobre la pared trasera del museo hacen referencia al pasado, presente y futuro del barrio y su relación con el IVAM.

En cuanto al pasado, la obra de Escif hace alusión a las expropiaciones de la zona a través de figuras humanas con pancartas reivindicativas o el texto «Bar Pastoret» que se encontraba en este lugar.

Respecto a la actualidad, el artista urbano ha querido recopilar frases de otros grafiteros de la ciudad que en algún momento también han dejado previamente su impronta en esta pared trasera del IVAM.

El futuro ocupa también una parte importante del mural realizado por el artista valenciano. Lo hace en diálogo con el instituto que se encuentra justo enfrente. La forma de incorporar estas cápsulas de lo que está por venir se traduce en textos propios de lugares tan comunes de un instituto como patios y baños de los centros educativos. Como curiosidad, Escif hará un trabajo en doble sentido con el instituto. Además de recuperar estas frases y firmas de chavales en la trasera del IVAM, realizará una intervención en una de las paredes del instituto.

El trabajo de Escif es el primer paso del proyecto Pati Obert del IVAM, en cuyo solar se dispondrá un jardín de esculturas.

Y precisamente para entroncar con este contexto, el grafitero ha incorporado a su pintura cuatro figuras grecorromanas. Dos cabezas, un busto y un torso femenino de grandes dimensiones y que ocupa casi toda la altura del muro, que cuenta con unos 20 metros. Según dijo G. Cortés el mural es un «políptico para que la gente lea; hace referencia a la cultura y hace también un guiño a la ´baja cultura´ con elementos que podemos encontrar en un ´todo a 100´».

En cuanto a los colores, Escif ha seguido la línea habitual de su trabajo en las calles de la ciudad: grises, marrones, colores arcilla, negros y tierra.

El director del IVAM señaló que este mural representa «un proceso de renovación absoluta», al tiempo que lo calificó como un «lienzo lleno de símbolos». Además, el director del IVAM destacó el carácter «vivo» del mural por lo que no descartó que otros artistas urbanos -conocidos o no- puedan incluso añadir elementos al trabajo de Escif, al tratarse este de un espacio abierto.

Igualmente, G. Cortés dijo que el propio Escif podría incorporar o incluso eliminar algunos de los elementos que forman parte de su mural, en función de la evolución del barrio y del entorno.

El director del museo reiteró que se trata de una obra hasta ahora «única» y avanzó que el artista urbano valenciano ha recibido una oferta para elaborar un trabajo similar en el Palais de Tokyo de París, aunque la intervención en el país galo sería «temporal» frente a la permanencia del mural del IVAM, que ha contado con un presupuesto de unos 18.000 euros.

Medio año de trabajo de campo

Y aunque Escif -«muy celoso de su intimidad», según G. Cortés- no estuvo presente, a través de un texto revela el proceso creativo de su obra: un trabajo de campo previo durante seis meses en los que el artista se ha entrevistado con agentes de la zona.

Además, califica el resultado final como «un intento por traducir en símbolos reconocibles todo aquello que esconde y sugiere este espacio tan carismático de la ciudad».