El Museo de Bellas Artes de València cerrará temporalmente su primera planta para acometer unas obras de mejora, periodo que aprovechará además para remodelar su colección permanente.
Así lo avanzó ayer el director del museo, José Ignacio Casar Pinazo, quien explicó que las obras de mantenimiento comenzarán el próximo 1 de octubre y finalizarán en torno al 11 de diciembre. En concreto, se renovará el sistema de iluminación, se limpiarán las rejillas del sistema de climatización, se repararán grietas y desconchones de las paredes, así como se pintarán las estancias de la primera planta. «Desde la inauguración del museo, en el año 2003, el edificio no ha sido sometido a una actuación integral. Por lo tanto, esta actuación debe considerarse normal, y debería haber sido hecha años antes», dijo Casar Pinazo.
Las actuaciones que se han diseñado en este plan de mejoras son «minuciosas y complejas»: hay que descolgar todas las obras de arte de las salas, guardarlas, realizar los trabajos de mantenimiento y volver a colgarlas. El director del museo insistió en que la situación actual de las salas superiores no constituía ningún riesgo para las obras de arte, pero sí «una falta de atención y consideración hacia el visitante».
Y aunque el museo no cierre sus puertas, el visitante que acuda durante esos meses se quedará sin contemplar la pintura italiana de los siglos XVII y XVIII, la flamenca de los siglos XVI y XVII, el barroco valenciano y el español del Siglo de Oro, la pintura académica y romántica valenciana o la académica del siglo XVIII.
Cinco año de comodato
Aunque la finalización de las obras está prevista para el 11 de diciembre, Casar Pinazo señaló que no necesariamente coincidirá con la reapertura de la planta, ya que al mismo tiempo trabajan en la remodelación de la colección permanente. Este trabajo responde a la incorporación -por comodato de cinco años- de las obras de la Colección Delgado, que actualmente se exponen en la pinacoteca. Una vez concluida la exposición temporal -29 de octubre-, las 32 obras pasarán a mostrarse en las salas. Por ello, algunas obras que hoy se pueden visitar pasarán a los almacenes. En total serán cerca de 60 piezas las que el Museo de Bellas Artes almacene en sus sótanos para exhibir las piezas de la Colección Delgado que recoge obras como Dama de perfil, de Velázquez; Magdalena penitente, Oración en el huerto y Salvador, de Bartolomé Esteban Murillo; Bodegón de dulces y frutos secos, de Tomás Yepes, y San Pedro, de José de Ribera. Otras como San Juan Bautista del Greco, se mantendrán en exhibición pero pasarán a la planta baja que sí permanecerá abierta.
También se tiene previsto incluir algunos tapices, esculturas y piezas de artes suntuarias, procedentes algunas de ellas de la Colección Orts Bosch, que no se exhiben desde que terminó la presentación de la colección.
Cambios de concepto
Estas reformas plantean, según Casar Pinazo, una «remodelación de los conceptos con los que se presenta la colección en la planta primera». De esta forma, las salas 15 y 16 del actual plano de visita se destinarán a arte italiano y flamenco del siglo XVII, así como pintura flamenca y holandesa; la sala 17 se destinará al arte español del siglo XVII; las salas 18 y 20 se destinarán al arte del siglo XVIII, el Romanticismo y Vicente López; desaparece la exhibición en la sala 19, que es un pasillo en el que se ha considerado que no debe exponerse obra, y la salas 13 y 14 se transforman en salas asociadas a las transversales concurrentes, del tal forma que en ellas se plantea una instalación de carácter museográfico para explicar los contenidos de las salas adyacentes.
La inversión prevista alcanza los 66.180 euros, 50.000 de ellos para las obras de mantenimiento, 6.500 para museografía y 9.680 euros para apoyo técnico.
