Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El éxito de los amigos

IV Recital lírico Amics de l´Ópera i de Les Arts | Palau de la Música

El éxito de los amigos

Jóvenes Valores de la Lírica Valenciana. Vicent Romero (tenor), Fernando Piqueras (barítono). José Ramón Martín (piano). Programa: Obras de Mozart, Verdi, Bizet, Puccini y Chopin. Entrada: 420 espectadores (lleno). Fecha: Miércoles, 20 septiembre 2017.

Desde sus inicios a raíz de la puesta en funcionamiento del Palau de les Arts, la Asociación Amics de l´Ópera i de Les Arts desarrolla una admirable labor, que encuentra su mayor razón de ser en el fomento del incipiente tejido operófilo valenciano. El miércoles mostró su músculo y poder de convocatorio al abarrotar la sala Joaquín Rodrigo del Palau de la Música en el concierto de «Jóvenes valores de la lírica Valenciana», cuya cuarta edición ha sido protagonizada por el tenor Vicent Romero y el barítono Fernando Piqueras, los dos bien acompañados desde el piano por el también valenciano José Ramón Martín.

Ambos cantantes cometieron la bisoñez de abordar arias de alto voltaje técnico y expresivo, cargadas de trampas y, lo que es peor, de referencias inalcanzables. Inevitable al escuchar algunas de las más conocidas arias de Mozart, Verdi o Puccini sin que acuda al oído la referencia de los grandes. Una rémora imposible de vencer por mucho que uno y otro volcaran su entrega, ímpetu, generosidad vocal y ganas de triunfar. Todo se constató ya desde el popular «Hai già vinta la causa» de la mozartiana Bodas de Fígaro que abrió el nutrido programa. Pese al poderoso caudal vocal de Fernando Piqueras, artista notable que ganará enteros cuando su voz se enriquezca con las infinitas posibilidades de registros, matices y timbres que brinda su dotado instrumento, y que sin duda faculta también su sensibilidad hoy aún demasiado evidente, con su expresividad directa y franca, que ganará enteros cuando gobierne con más sofisticación su sano entusiasmo para potenciar la hondura dramática y estilística que le permite su innegable madera artística.

Algo muy similar le ocurrió a Vicent Romero, que cometió el bisoño error de comenzar su intervención con la temible aria «Tu che fedel mi sei», de Mitridate, Re di Ponto. Sortear sus agudos y sobreagudos, sus diabólicos intervalos y la incómoda línea vocal con la voz en frío es como tirarse a una piscina vacía. Más si careces de las tablas, el oficio y la seguridad que requiere semejante aria mozartiana. Y más aún si no has tenido la oportunidad de relajar y descansar previamente la voz adecuadamente (la misma mañana del recital se vio obligado a ensayar en el Palau de les Arts). Luego, a base de voluntad, disposición y pundonor el recital pudo levantar el vuelo y mejoró, especialmente en los aplaudidísimos dúos de Carmen y Don Carlo que abordaron conjuntamente. José Ramón Martín acompañó todo el recital con el oficio, tino y talento que siempre le ha distinguido en la delicada labor del acompañamiento vocal. Como contraste, todo lo que brilló con los cantantes se desdibujó, emborronó y hasta vulgarizó en los dos fragmentos chopinianos que tocó en solitario, abordados con superficialidad y rutinaria falta de detalle. El éxito, en cualquier caso, fue mayúsculo, y los tres artistas disfrutaron de minutos de aplausos y bravos, que hicieron que el programa se prolongara con dos bises coronados con la repetición del portentoso dúo de Posa y Don Carlo. Aguijón bien afilado merece el Palau de la Música, cuya mala gestión hizo que la Sala Joaquín Rodrigo más pareciera el miércoles un cine de barrio que una sala de conciertos. Gente entrando y saliendo, recorriendo las largas y abarrotadas filas, ruidos, inéditas incomodidades de acceso e información y mil detalles negativos más absolutamente impropios de una sala con la tradición y prestigio que siempre ha distinguido al Palau.

Compartir el artículo

stats