Ángel Sánchez sobresalió en su debut en Algemesí. Ojo a este novillero. Al primero, pegajoso y buscando siempre la queriencia, le dio naturales sin enmendarse y siempre le ganó el sitio y el tiempo. En su segundo, un gran novillo de Flor de Jara de nombre «Mocoso» premiado con la vuelta al ruedo, realizó una labor llena de emoción, entrega y riesgo donde cortó dos orejas rotundas. Sánchez tiró del astado con suavidad y pausa por ambos pitones y tuvo la ligazón como mayor virtud y el valor como columna vertebral de su quehacer. La pureza del estilo del madrileño demuestra que la raíz de su toreo es profundamente clásica.

Ángel Sánchez se fue detrás de la espada, arrojándose sobre el animal con atrevimiento y facilidad. La contundencia jamás engaña. El joven salió a hombros junto al ganadero de Colmenar Viejo -que también es su apoderado-, una vacada que lidió hasta tres animales de nota. Ángel Jiménez supo cogerle el aire por el pitón izquierdo a su buen primero, un animal que demostró poder en el tercio de varas. Falló con el acero y fue silenciado. El mismo desenlace tuvo su segunda faena, donde toreó con profundidad y sentimiento por el pitón derecho. La sutilidad con la que intentó torear hizo que el novillo le desarmara en más de una ocasión.

Por otro lado, el diestro valenciano Román cortó una oreja en su vuelta a la plaza de toros de Las Ventas tras su puerta grande en el mes de agosto. El diestro realizó una faena de entrega y claridad de ideas en la que resultó volteado feamente y sin consecuencias. En el que cerró plaza perdió la oreja que le volvía a descerrajar el umbral de Madrid con la espada.