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Entrevista

José Sacristán: "Mamet es un cronista de su tiempo y me interesa dónde pone la mirada"

«He hecho cine, teatro, televisión, musicales, zarzuelas... Sólo me queda hacer circo, pero quizás estoy un poco mayor», ironiza el actor

José Sacristán: "Mamet es un cronista de su tiempo y me interesa dónde pone la mirada"

«Muñeca de porcelana» es la primera producción que se hace en el mundo después del estreno absoluto que el 4 de diciembre de 2015 se hizo en el Gerald Schoenfeld Theatre de Broadway de la obra original, «China Doll», protagonizada por Al Pacino y que el autor David Mamet escribió para él. Al igual que en su anterior «Razas», la versión española la dirige Juan Carlos Rubio, teniendo esta vez a José Sacristán como protagonista junto a Javier Godino.

Su personaje en «Muñeca de porcelana», de Mamet, desciende a las alcantarillas del poder. ¿Cómo construye este declive?

Sí, yo sabía que mi colega Al Pacino las había pasado un poco canutas al principio con «China Doll» y que tuvo que retrasar un mes el estreno porque, efectivamente, es una obra que hay que enfrentar, aunque sólo sea desde un punto de vista técnico o mecánico, con todas las seguridades. Mi personaje en Muñeca de porcelana es un ejercicio, no imposible de salvar, pero que tiene sus dificultades. Pero ya llevamos más de un año haciendo la función y ya esto está controlado. No hay ningún riesgo.

¿Qué le atrajo del proyecto?

Mamet es un autor que me interesa mucho, porque es un cronista de su tiempo y me interesa dónde pone la mirada como testigo de un tiempo como el que estamos viviendo ahora desde hace ya bastantes años. Me gusta su punto de vista. Luego, esta obra me pareció un ejercicio formidable que, a estas alturas de mi carrera, hubiese sido una tontería descuidar. Y el hecho de trabajar con gente joven, como Juan Carlos Rubio en la dirección, Bernabé Rico en la adaptación y Javier Godino como compañero es la suma de elementos que hizo este proyecto muy, muy apetecible. Vamos, que decir que no hubiera sido un error garrafal.

Esta es su primera vez al frente de un texto de Mamet, ¿su discurso conecta con el público?

Esta es la primera vez, pero también me ofrecieron otro texto en una ocasión anterior, que no voy a desvelar, porque no tuve ocasión para desarrollarlo, por compromisos ya establecidos. Creo que son varias cosas las que conectan al público con Mamet. En primer lugar, su mirada, sin intención de adoctrinar a nadie, muy lúcida y muy crítica, con ese toque de mala leche sobre lo que está pasando a su alrededor. Luego, la acción de la obra transcurre en Estados Unidos, pero es perfecta y desgraciadamente transportable a cualquier otra latitud como la nuestra, por ejemplo. El texto de «Muñeca de porcelana» representa el ejercicio impune del poder en sus distintos aspectos: el económico, el político y el moral; en una clave dramática muy ágil, muy amena y sin intención de adoctrinar. Y por último, creo que Juan Carlos ha hecho una propuesta de dramaturgia muy interesante. Lo cierto es que estamos muy contentos con la respuesta que venimos recibiendo del público desde que estrenamos en Sevilla, hace ya dos años.

¿En qué tradición teatral inscribe a Mamet?

Creo que Mamet se incluye entre los herederos de grandes figuras estadounidenses del teatro, como Arthur Miller, Clifford Odets o Eugene O'Neill, entre tantos otros, que, al margen de ser dramaturgos enormes, son gente con una mirada muy lúcida y crítica sobre su tiempo, como la suya.

¿Le queda algún otro autor contemporáneo que quisiera tachar de su lista?

La lista sería interminable, pero no tengo un particular interés por ninguno en concreto, porque siempre estoy abierto a lo que venga. Sin embargo, sí que ahora hay uno en cartera para el año que viene y, aunque no puedo revelar más datos, sí te diré que se trata de otro gran autor norteamericano.

¿Cómo define el momento que vive hoy el teatro en España?

Pues esta cuestión requiere de una conversación muy larga, pero ahí estamos sobreviviendo, ¡siempre sobreviviendo! Ahora nos han quitado la losa miserable del IVA, pero desde que yo empecé en esto y, dadas las noticias que tengo de épocas anteriores, en el teatro siempre ha existido la dificultad, la inseguridad, el tirar del carro permanentemente. Pero seguimos sobreviviendo y creo que eso ha posibilitado una renovación clara de gente joven con un talento y un coraje enormes. Yo celebro poder trabajar con gente joven.

¿Diría que son mayores las dificultades que afronta el teatro frente al cine?

Yo no me atrevería a señalar esas diferencias; creo que el vilipendio, como el aplauso, en general, afecta por igual a todas las disciplinas artísticas. Tal vez el cine, al tener una mayor difusión, porque de una película se pueden hacer miles de copias, mientras que del teatro solo una, tiene posiblemente más frentes a librar, pero estas cuestiones son de una índole compleja. En cualquier caso, el cine y el teatro son dos grandes supervivientes.

Con más de 60 años de trayectoria a sus espaldas, ¿se considera también un superviviente?

Siempre. Como decía mi amigo y maestro Fernando Fernán Gómez: vamos durando. Sobre todo, me considero un privilegiado y un afortunado, porque la verdad es que puedo elegir mi trabajo, incluso hoy, y sería un miserable si me quejase o dijese alguna cosa contraria a la celebración del punto en el que me encuentro profesionalmente. Y en mi memoria afectiva guardo con cariño a todos los personajes que he hecho dentro de los distintos ámbitos en los que he trabajado.

Precisamente, una de sus últimas apariciones en cine fue en «Las Furias», de Miguel del Arco, un cruce entre cine y teatro...

Las Furias» es una película que tiene una gran influencia de tragedia griega y de drama doméstico, pero cuya estructura y lenguaje es el de una película, que es, por otra parte, formidable. Sin duda, otro proyecto al que estoy agradecido.

También acaba de estrenar la ficción española «Tiempos de Guerra» en Antena 3, ¿cómo se ve en televisión?

Por suerte, siempre me he movido entre el cine, el teatro y la televisión aunque, en cuanto a esta última, realmente no he hecho mucha televisión, pero las veces que me he lanzado con papeles principales las cosas han ido bastante bien. Desde «Gatos en el tejado» o «Este es mi barrio» hasta «Velvet» y, ahora, «Tiempos de guerra». La verdad es que son productos televisivos muy dignos y bien hechos, y estoy muy contento de ellos.

¿Y alguna disciplina que tachar de su lista?

Pues ya he hecho cine, teatro, televisión, musicales, zarzuela... Sólo me queda hacer circo, pero quizás estoy un poco mayor (Risas).

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