Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El arte permanente de Valdés

El Centro Cultural Bancaja recorre la visión personal del artista valenciano desde los 80 hasta su trabajo inédito - «Me produce satisfacción ver que obras hechas recientemente coexisten bien con cosas que hice cuando tenía 50 años»

El arte permanente de Valdés

Habría que construir un túnel imaginario desde el lago de la Ciudad de las Artes y las Ciencias hasta el Centro Cultural Bancaja. Y pasar de la contemplación de las monumentales esculturas de Manolo Valdés (València, 1942) a la última obra de uno de los mejores artistas del momento.

Aunque asegura que es pura coincidencia, el universo valdesiano ha conquistado la ciudad que lo vio nacer. La antológica «Valdés. Una visión personal» muestra sus últimas obras, creadas este verano y «alguna con la pintura aún si secar», asegura. Kosme de Barañano, el comisario, y el mejor experto en la obra de Valdés ha preparado un recorrido legendario.

Desde la entrada, con la conocida «Mickey Mouse y Minnie en moto», hasta el último rincón de la sala, con esa composición de bodegones de alambres bajo la alfombra, que el artista hace durante los fines de semana. En medio, una representación de su trabajo desde los ochenta, cuando voló en solitario tras el despegue en el Equipo Crónica.

Esa conexión con el Equipo Crónica, una antológica que Bancaja ofreció el año pasado, es lo que destacó ayer Rafael Alcón, el presidente de la Fundación Bancaja, así como la satisfacción de colgar por primera vez algunos de sus trabajos inéditos, que expresan «las nuevas tendencias de la genialidad del artista».

«Podemos apreciar los materiales clásicos que conocemos de la obra de Valdés pero también su experimentación con sus últimas obras», indicó Alcón, a la vez que resaltó que la parte actual de su obra «es la menos conocida en España».

Valdés está «cómodo» en València, una ciudad que dejó por Nueva York pero a la que ha vuelto con fuerza. Además está muy pendiente. Recientemente en Singapur, donde también ha mostrado sus esculturas monumentales, se le acercó un directivo de Peter Lim para excusar la ausencia del propietario del Valencia CF. Sabe que la Fundación Hortensia Herrero ha adquirido el Palacio de los Valeriola para un centro cultural, y pretende aprovechar esta visita para ir a Bombas Gens.

«Siento admiración por los que crean puestos de trabajo y por los que nos curan», advierte como si estuviera dibujando esa alegoría de optimismo vital.

Creador total

«El arte es una suma permanente», reza una de las frases de Valdés que Kosme de Barañano ha destacado para acompañar la exposición. Bajo esta premisa, se puede repasar la historia del arte a través del trabajo de Valdés, una visión muy pedagógica. Porque a través de las 150 obras están todos los géneros y referencias.

Pintura, escultura, obra gráfica, escultura, muebles y artes decorativas. Una selección de colecciones privadas y de los propios fondos de la Fundación Bancaja que cuando se le interpela al comisario por su dificultad, quita importancia a la recopilación y resalta la complicidad del transporte y montaje.

Pero el resultado se agradece, porque desde el repaso a las primeras obras matéricas de Valdés avanza hacía el trabajo de sus últimos diez años, como los retratos, los bodegones, las variaciones sobre Matisse, las máscaras africanas o la crítica a la propia historia del arte. «Me ha producido satisfacción, ver que obras hechas recientemente coexisten bien con cosas que hice cuando tenía 50 años», dijo el artista.

También se revisa su escultura, partiendo de piezas en madera icónicas de los años 80 como las Meninas (variaciones sobre Velázquez) o las Bañistas (variaciones sobre Picasso) y evolucionando hacia su escultura más reciente (máscaras, retratos o la imagen de Mickey Mouse) o bocetos de sus creaciones para espacios públicos urbanos de distintas ciudades del mundo.

Barañano repasa, a su vez, los materiales y técnicas utilizadas por el artista, además de los materiales clásicos, como el mármol, bronce o hierro fundido, su experimentación más reciente con resinas azules, epoxi, alambres o espejos.

«Va por momentos», dice Valdés cuando se le pregunta por sus artistas preferidos. No es falsa modestia, porque sigue en plena producción, pero igual es el momento de invertir los conceptos, considerar al artista valenciano entre los grandes y empezar a preguntar a la influencia que ha ejercido él en toda una generación. Sus padres regentaban un ultramarinos, pero Valdés está instalado hace años en la cumbre artística del mundo.

Compartir el artículo

stats