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La secesión de los ricos

«Muñeca de porcelana»

Teatro Olympia (valència)

De David Mamet. Versión: Bernabé Rico. Int: José Sacristán, Javier Godino. Escenografía: Curt Allen Wilmer. Iluminación: J. M. Guerra. Dirección: Juan Carlos Rubio.

El título del ensayo de Joan Romero y Antonio Ariño me sirve para explicar la razón de esta obra de David Mamet. Algunos motivos del autor norteamericano tiene que ver con ideas relacionadas con una riqueza generada, como la lluvia fina, desde la opacidad de las inversiones especulativas y paraísos fiscales. Por ahí anda el protagonista de esta obra: un millonario petulante que domina el mundo con simples llamadas telefónicas.

Tiene un problema (¡una minucia!): un avión que compró para su joven novia está inmovilizado por problemas burocráticos. Los demás pormenores deben descubrirlos en directo, porque desde la perspectiva teatral, Mamet vuelve a demostrar su gran talento para construir situaciones y su elogiable maestría para construir diálogos o, en este caso, monólogos con el teléfono: el diálogo se produce a modo de una partida de ajedrez con unas invisibles marionetas que poco a poco irán «desmontando» su poder.

La contrariedad es que Mamet no termina de traspasar al personaje concreto para llegar a aspectos sociológicos. Es cierto que lo hace de manera metafórica, pero estas dudas provienen más bien de un problema latente en el teatro: la necesidad de utilizar pocos personajes por motivos, claro, de economía. No es nada fácil crear obras con solo dos personajes, ni siquiera para Mamet, de ahí dificultad, a veces, de seguir la trama. A su favor tiene que el personaje estaba pensado para Al Pacino, es decir, la búsqueda de la fuerza del directo del teatro. En esta versión, Jose Sacristán da cuenta de toda su maestría a través de una verídica corporeidad, y una poderosa voz. Si hay actores que buscan al auditorio, Sacristán es de otra especie, siempre va a la suya, se muestra distanciado, y es el espectador quien tiene que buscarlo.

El atractivo diseño de la escenografía (Curt Allen) sirve de base a una dirección de Juan Carlos Rubio pulcra y sólida, aunque creo que el texto pedía un punto más de riesgo, de ingenio. Y no termina de resolver la escena final.

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