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La visión del arte actual después de un siglo de la revolución rusa

El Centre Cultural Octubre expone los trabajos de diez artistas sobre la influencia que tuvo la revuelta bolchevique en el ámbito de la cultura

La visión del arte actual después de un siglo de la revolución rusa

Los tiempos líquidos salen a revolución por día. A veces incluso dos en 24 horas. La mayoría de usar y tirar. Eso no pasó con la primera revolución del siglo XX, la rusa, que este mes cumple 100 años.

El arte siempre ha estado atento a las revueltas, más bien a su influencia, y la revolución bolchevique de octubre de 1917 ejerció un notable ascendente en todos los movimientos artísticos posteriores. "El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma", sostenía Bertolt Brecht.

Desde esa premisa el Centre de Cultura Octubre inaugura hoy la exposición '100 años de la Revolución de Octubre. Visiones desde el arte actual', con la colaboración del Centro Ruso de Ciencia y Cultura de Madrid, que muestra el influjo que todavía ejercen sobre los artistas actuales la revolución rusa.

Diez artistas -Democracia, Emilio Gallego, Carlos García-Alix, Núria Güel, Diana Larrea, Arturo Marián Llanos, Levi Orta, Natalia Pastor, Raquel Puerta y Rafael Tormo i Cuenca -, ofrecen su particular visión de aquellos hechos de hace un siglo y sus consecuencias históricas.

El comisario de la muestra Emilio Gallego explica que los autores han sido seleccionados "por el interés y la sensibilidad hacia realidades políticas y sociales, agrupados en torno a una cuestión que convulsionó el arte, tanto como otros ámbitos de la vida". Sin perder la perspectiva plural y contemporánea.

Sirve como ejemplo la acción-instalación de Levi Orta (La Habana, 1984) que lleva por título 'Reflexión sobre un souvenir', que es un fragmento del Muro de Berlín. El artista cubano explica que se compró un trozo del mítico muro por 4,99 euros en un establecimiento estatal. El pedazo expuesto mide 3x2 cm, así que si "el muro media 3 metros de alto por aproximadamente 0,70 de ancho y se extendía atravesando todo Berlín; me pregunté cuánto dinero podría sacar el estado alemán del muro en una clara estrategia de rentabilidad de la ideológica del pasado". Así que encajó el fragmento del muro en la pared de una galería de arte cubana, "y lo acompañe de la operación matemática para calcular el capital estimado contenido en el muro de Berlín".

Memoria histórica

La artista visual Diana Larrea (Madrid, 1972) recurre en su fotomontaje 'Viva la URSS. 1937' a la actualización que realizó la Asociación de Amigos de la Unión Soviética en Madrid en 1937 con motivo del viente aniversario de la revolución bolchevique. En plena Guerra Civil la Puerta de Alcalá se engalanó con los retratos de los líderes soviéticos Maksim Litvínov, Stalin y el mariscal Kliment Voroshílov; y sobre la inscripción Real de Carlos III se fijó una pancarta que la frase: "Viva la URSS".

«Se trata de rescatar -dice Larrea- un hecho del pasado para trasladarlo al contexto actual, porque hoy 80 años más tarde, esta imagen nos hace cuestionarnos cómo seria improbable y censurado que un proyecto de este carácter consiguiera el consentimiento oficial para su realización».

La pieza de Natalia Pastor (Pola de Laviana, 1970) se articula sobre el arte textil de la lucha obrera, y los logros que la mujer adquirió tras la revolución rusa. La artista asturiana a través de su «Prodezodezhda» muestra un mono de trabajo de la empresa estatal Hunosa bordado, como un icono de igualdad laboral en la vestimenta. Pero también un homenaje a las mujeres de la revolución rusa (Aleksandra Kollontai, Nadiezhda Krúpskaya, Inessa Armand, Natalia Sedova o Larisa Reisner), y donde destacan en el bordado consignas y nombres de publicaciones y organizaciones bolcheviques, así como referencias al movimiento obrero en el contexto asturiano, como la revolución del 34.

La Revolución bolchevique cautivó a muchos artistas e intelectuales que se adhieron al comunismo encarnado por la URSS. Uno de ellos fue André Gide (París, 1869-1951) que viajó en 1936 para ratificar esa esperanza. El resultado fue desolador y el escritor dejó fría constancia de su desengaño en Regreso de la URSS, reflexiones que remachó al año siguiente en sus Retoques de mi Regreso de la URSS (1937).

La exposición se podrá ver hasta el 8 de noviembre.

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