La víspera de los Premios Planeta estuvo marcada ayer por la cuestión catalana en el tradicional encuentro con los medios de comunicación. A la pregunta de los periodistas, el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, aseguró que desde la editorial se sienten «orgullosos de pertenecer a Cataluña, España y Europa» y que el galardón -el más destacado de las letras españolas- se continuará fallando y entregando en Barcelona.

Lo aseguró después de que decidiera esta semana trasladar su sede social a Madrid por la situación en Cataluña. «Las empresas requieren reglas del juego claras para preservar los intereses del proyecto», señaló el presidente, aunque reconoció que la decisión de trasladar la sede social fue «dolorosa». No obstante, argumentó que se debió a motivos «puramente empresariales» con el objetivo de «preservar el interés de nuestros inversores». Creuheras apeló también a los políticos para que desde «el diálogo» y «con respeto a la ley y desde la ley» intenten resolver «el conflicto» que vive Cataluña, y señaló que se debe explorar la vía de la reforma de la Constitución.

Creuheras estuvo acompañado ayer por los miembros del jurado del Premio Planeta: Alberto Blecua, Fernando Delgado, Rosa Regás, Carmen Posadas, Juan Eslava Galán y Pere Gimferrer. En cuanto a los finalistas, tanto Eslava Galán como Fernando Delgado alabaron la «calidad de todas las novelas finalistas». En total se han presentado 634 (23 de ellas valencianas), una cantidad récord. Llama la atención que varias de las obras presentadas están ambientadas en Venezuela, por lo que abre la puerta a un posible ganador iberoamericano. Además, hay un gran dominio del thriller, la novela histórica y de la novela que recae en el ámbito social contemporáneo.

Los títulos de autores finalistas este año son: El astrónomo, de Heinrich Von Kügel (seudónimo); Es que tengo hambre, de María Eugenia Mayobre Jahn; La nueva vida de Penélope, de Bella Linardi (seudónimo); Primera parte, de Antolín Sánchez Lancho; Mujeres rotas, de Voli estas povi (seudónimo); La isla de las musas, de Ricardo Pedreira Ulloa (seudónimo); El infierno bajo la piel, de Jesús Miguel Martínez; La montaña artificial, de Victoria Goodman (seudónimo); A la sombra de una mentira, de M. Palma Medina; y Una fea encantadora, de Eva Florencia Benavidez.