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Muestra

"A veces pienso en irme de Cataluña, pero aún nos queda luchar un poco"

El arquitecto Oscar Tusquets habla de su vida, su profesión, su ciudad y su amor por Benidorm en la Rambleta

Oscar Tusquets derrochó ayer en La Rambleta amor por su «Gran Benidorm» y mucho más. En la «Factoría» anterior a la inauguración de la exposición del arquitecto y diseñador sobre la ciudad de los rascacielos alicantina y el urbanismo que viene, este «hombre del renacimiento» (como lo definió la directora de relaciones institucionales de la Rambleta y conductora del acto, Mariola Cubells), habló de su primera vocación -la pintura-, de su preferencia por la «sensibilidad femenina» ante el «macho incapaz de hacer arte», de su nostalgia por la Barcelona de los 60, de esa «gauche divine» que llevaba al extremo lo que le permitía la censura y su vida personal, de su querencia por los deportes televisados y las series como «Los Soprano» o «Mad Men», de su rechazo a las redes sociales «que sirvan para que otros me insulten», o de su «nula» sensibilidad ante la música. «Por eso sólo vibro con el rock hasta Bruce Springsteen», afirmó.

Tusquets también habló de su relación con su amigo Dalí y recordó aquella vez «memorable» que fueron juntos a ver el Misteri d´Elx. «Cuando sale el ángel y lanza el polvo de oro que queda flotando en el aire, y va bajando poco a poco, Dalí me dijo: ´¿lo ves?, en España todo es vertical. El helicóptero de De la Cierva, el submarino de Monturiol y los sindicatos´».

Por supuesto, Tusquets también habló de Cataluña. «Añoro la Barcelona de antes. Todos pensábamos entonces que estábamos en la misma línea y ahora la mitad estamos en una línea irreconcilliable con la otra», aseguró. Por ello, se mostró «muy triste por lo que está sucediendo. Al menos la mitad de los catalanes no odiamos al resto de España y el domingo 8 1,2 millones salimos a la calle para decir esto, no como los otros que tenían autocares para ir allí como los que pagaba Franco». Preguntado por la conductora del acto si pensaba abandonar el lugar en el que nació hace 76 años, el arquitecto y diseñador no dudó: «En los malos momentos se nos pasa por la cabeza irnos de Cataluña, pero aún nos queda luchar un poco, y el resto de españoles nos tenéis que ayudar».

Esta primera Factoría de la temporada llenó el espacio de la sexta planta del espacio cultural de Sant Marcel.lí. Acudieron, entre otro, el Secretario Autonómico de la Agencia Valenciana del Turismo, Francesc Colomer; la concejala de Cultura del Ayuntamiento de València, Gloria Tello; y el alcalde de Benidorm, Toni Pérez. «Le he dicho al alcalde: ´mantente, ni una casa pareada´», explicó Oscar Tusquets durante la charla.

En ese momento ya estaba acompañado por los también arquitectos Ramón Esteve y Sonia Rayos y el también diseñador Manolo Bañó. Esteve y Baño coincidieron con Tusquets en alabar el proyecto arquitectónico de Benidorm. «Benidorm se adelanta a las necesidades actuales. Y la vida social que genera esa densidad de población es mucho más interesante que con otro modelo», aseguró el primero. «Cuando vemos Benidorm desde fuera la vemos como un amasijo, pero desde dentro vemos una ciudad que promueve las vistas, el disfrute del sol y la obsesión social», afirmó el segundo. Más crítica se mostró Sonia Rayos: «sus calles me resultan inhóspitas, su estética me cuesta y los servicios que ofrece no me atraen».

«La exposición de Gran Benidorm demuestra que, además de arquitectónicamente muy interesante, Benidorm es algo bello -resumió Tusquets-. Es un objeto diseñado para que un día de verano 270.000 personas puedan convivir y pasarlo bien juntas».

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