La asistente personal de la exdirectora del IVAM, Consuelo Císcar, declaró ayer en el Juzgado de Instrucción 21, como investigada, que ella era una «mandada» y que hacía «lo que le mandaba» la responsable del museo. A Mundina se la investiga en el Caso IVAM desde el pasado mes de febrero por los presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación y falsedad documental, junto a otro estrecho colaborador de Císcar, el periodista Jorge García Vellés. Ambos pasaron de testigos a investigados por su estrecha colaboración en la presunta «trama delictiva de Consuelo Císcar» para supuestamente esquilmar las arcas públicas a través de los presupuestos del IVAM.

Un anónimo incorporado a la causa, «no como prueba de cargo» pero sí «como fuente legítima de investigación» en palabras de la jueza de apoyo de Instrucción 21, Nuria Soler, retrataba a Mundina como «la criada y asistenta personal de Consuelo Císcar que se encarga de las tareas más íntimas y de acompañarla a los viajes transcontinentales: le hace y deshace las maletas, le organiza el ajuar y realiza todo tipo de trabajos al servicio exclusivo y personal de Císcar». Por todas estas tareas, Mundina cobró dietas a cargo del IVAM, a pesar de que en realidad trabajaba para el Institut Valencià de la Joventut (IVAJ). La investigación judicial ha confirmado que la asistente personal de Císcar «percibió 37.903 € en efectivo del museo para gastos por viajes y dietas internacionales por los desplazamientos en los que acompañaba a la exdirectora del museo a pesar de que era trabajadora del IVAJ».

Una irregularidad que fue advertida por un trabajador a los responsables del museo pero que se soslayó con la excusa de que el pago de las dietas era «decisión personal de Consuelo Císcar porque tenía que viajar con ella, por lo que se le pagaban los viajes en concepto de gastos a terceros». Precisamente ayer gran parte del interrogatorio a Mundina se centró en cómo acabó cobrando del IVAJ pero cobrando del IVAM sin que nadie advirtiera de esta irregularidad. La asistente personal de Císcar declaró que pasó del Institut de la Joventut al museo en «comisión de servicios» y que tanto la prórroga como las condiciones las decidían «los jefes», según fuentes conocedoras de su declaración.

Sobre los continuos viajes que realizaba y la gestión de encargos personales de Císcar, como los viajes al extranjero o la gestión de los catálogos del artista Rablaci, hijo de Císcar y el político Rafael Blasco, Pilar Mundina respondió que ella iba y hacía lo que le decía la exdirectora del IVAM y que nunca vio nada raro, según las mismas fuentes.