Rompe con todos los estereotipos de las mujeres árabes. Joumana Haddad (Beirut, 1970) empezó escribiendo poesía y fundó la primera revista cultural y erótica en árabe. Es también conferenciante, activista y defensora de los derechos humanos: «En el mundo occidental se habla del Líbano como el más moderno y abierto de los países árabes, pero esto no es cierto. Bajo esa libertad artificial hay una realidad: es un país donde las mujeres son tratadas como ciudadanos de segunda clase, hay muchas desigualdades sociales y mucho racismo».

Tiene un discurso potente: «Crecí en una familia cristiana, muy conservadora y tenía muchas amigas musulmanas que tenían mucha más libertad que yo», dice Haddad. Habla siete idiomas, entre ellos el castellano, lengua en la que pronunció ayer una conferencia en el IVAM.

«Crecer en un país donde puedes ver cadáveres cuando vas a la escuela es como crecer en una prisión, pero crecer en una familia conservadora como la mía e ir a una escuela de monjas es otra prisión. Han sido los libros los que me han salvado la vida», añadió la escritora libanesa, que desde muy joven fue una lectora compulsiva de obras que le ayudaron a comprender «la importancia de la libertad».

Haddad destacó la importancia de la revista Jasad («cuerpo» en castellano), cuyo lanzamiento tuvo gran repercusión internacional, porque fue capaz de generar un debate sobre lo que se considera un tabú en el mundo árabe, como los matrimonios de niñas con adultos o el hecho de considerar la homosexualidad como una enfermedad.

Libanesa de ascendencia armenia, siria y palestina, internacionalmente reconocida, y premiada, está considerada una de las cien mujeres árabes más influyentes del mundo, según una revista de Oriente Medio. Ha publicado diversas obras de poesía, prosa y teatro, ampliamente reconocidas por la crítica y traducidas a varios idiomas.