Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¡Qué maravilla la música!

Orquestra Filharmònica

de la Universitat de València

palau de la música (valencia)

Obras de Hahn, Mozart y Beethoven. Solis­ta: Xavier Torres (piano). Direc­tor: Hilari Garcia Gázquez. Entrada: Alrededor de 1.200 personas. 19 de octubre de 2017.

Un año más, la Orquestra Filharmònica de la Universitat de València y su director titular Hilari Garcia Gázquez (La Pobla Llarga, 1975) han celebrado en el Palau de la Música el concierto inaugural del Curso Académico. Esta nueva edición de la ya tradicional cita musical se ha ennoblecido con la participación solista de un artista de tanto fuste y valores como Xavier Torres, pianista admirable, de sólido y bien reconocido recorrido que otorgó vida, empaque y dramatismo al Concierto en re menor de Mozart.

Xavier Torres (Alberic, 1982) es un pianista completo. Un virtuoso capaz de firmar una referencial grabación de las Variaciones Goldberg de Bach, de ahondar en el misterio infinito de la última sonata de Beethoven o hacer relucir el virtuosismo centelleante de la Sonata en si menor de Liszt. En esta ocasión, fue el Mozart oscuro, dramático y hasta teatral del Concierto en re menor el que se benefició de esa perfecta y difícil dosis de virtuosismo, profundidad y claridad sonora que distingue el pianismo total de Torres. Desde los primeros compases, con la sencilla exposición en el teclado del tema en La mayor, hasta el vivo rondó final, el concierto se desarrolló en su oscura pero a veces también luminosa naturaleza, con momentos de tanta y contagiosa belleza como el canto melodioso del romance central.

Pese a que en la versión sobró masa orquestal -cuerda- y refinamiento sonoro, la implicación absoluta del maestro Hilari Garcia Gázquez y el abierto entusiasmo de sus jóvenes universitarios hizo que se alcanzaran momentos de fina enjundia artística, que ni siquiera pudieron emborronar unas trompas que no tuvieron precisamente su día. El Palau de la Música, que alcanzó una entrada más que notable, aplaudió con especial entusiasmo la sobresaliente interpretación de Xavier Torres, quien respondió con el regalo de una exquisita y sutilísima versión del preludio La niña de los cabellos de lino, de Debussy.

Antes se escuchó en los atriles de la orquesta la poco interpretada obertura de la opereta Mozart, del venezolano Reynaldo Hahn. Música anodina y muy justamente olvidada, cuyo único mérito acaso sea precisamente su título. Pero nada del genio del salzburgués asoma en estos pentagramas de ocasión tan distantes de la inspiración fresca, directa y fascinante del joven Mozart. El mérito y el valor de los jóvenes músicos sí brillo en la segunda parte del programa, donde se escuchó y hasta disfrutó de una Octava sinfonía de Beethoven cargada de buenas intenciones, de pulso, impulso y destellos. La fiesta concluyó felizmente, y se cerró con esa joya del sinfonismo operístico que es el lento y emotivo intermedio de Cavalleria rusticana. ¡Qué maravilla de música! ¡Qué maravilla la música!

Compartir el artículo

stats