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Entrevista

Albert Pla: "España vive un momento muy bonito, con el corazón ´partío´ y el ojo morado"

«Hay gente que no va a mis conciertos pero que tampoco quiere que vayan los demás. Después dicen que el que está loco soy yo»

Año y medio después de pasarse por València con el espectáculo «Guerra», donde compartía escenario con Raúl Refree y Fermín Muguruza, Albert Pla (Sabadell, 1966) vuelve a la ciudad para ofrecerse en solitario el próximo jueves en el Loco Club. Lo hace mientras algunos todavía se están riendo, y otros lamentándose, de aquella irónica «llamada a la sensatez» que escribió sobre el «procés» de Cataluña. Quizá consciente de que todo el mundo busca su exabrupto (y más en estos tiempos en los que se requiere más que nunca a auténticos profesionales de la cosa) Pla prefiere no pronunciar ninguna frase que le pueda suponer los habituales problemas, denuncias o boicots que han precedido a algunas de sus actuaciones. Aunque no es difícil adivinar una sonrisilla maliciosa mientras contesta a ciertas cosas desde el otro lado del teléfono.

P ¿Qué le espera al público valenciano que acuda a verle el próximo jueves en el Loco Club?

R Esta vez vengo yo sólo con la guitarra, la máquina de humo, mi foco rojo e iré improvisando repertorio, iré hablando, cantando una canción nueva, una vieja y una improvisada. Cuando voy sólo o con Diego (Cortés) me gusta ir improvisando sobre la marcha, depende de cómo vea al público.

P ¿Y cómo estás más a gusto, tocando sólo, en pareja o acompañado por una banda?

R A mí me gusta variar. Ahora estoy haciendo un espectáculo con Diego, otro yo sólo y otro infantil con Tortell Poltrona. Me gusta ir variando.

P Un amigo mío que le ha visto a usted varias veces con Diego Cortés me asegura que a usted, en el fondo, lo que le gustaría es ser gitano de los de antes e ir tocando la guitarra de venta en venta.

R Bueno, es mi oficio, soy comediante.

P ¿Y qué le gusta más, quedarse en su masía del Montseny componiendo canciones o viniendo a València para tocarlas?

R Yo soy músico, y cuando haces o escribes canciones nuevas o algo así es el momento más chulo, claro. Es muy divertido ir haciendo canciones, dejar que salga todo y poder traducirlo al idioma humano. Supongo que lo hago porque tengo todas las facilidades para poderlo enseñar y disfrutarlo con la gente. En el momento del concierto a mí no me cuesta ningún esfuerzo hacer todo eso que he compuesto y son todo satisfacciones.

P No hay demasiados artistas como usted, que tengan esa capacidad en un mismo espectáculo para hablar durante un buen rato, después cantar, después improvisar... Uno va a un concierto llamémoslo «normal» y lo ve todo mucho más milimétrico y estudiado.

R Son dos maneras de hacer. Yo también hago espectáculos que son muy medidos, en los que voy muy sincronizado con los vídeos y con los técnicos de luces en los cuales el margen de improvisación es más pequeño. Y también creo que cuando uno está en una sala más pequeña el público es más público. En un sitio más grande, con más público, es todo más fácil. Cuando la gente prácticamente te puede tocar es todo más flexible y para lo que yo hago es mejor.

P Desde que en 2011 publicó «Somiatruites» (con Pascal Comelade) no ha vuelto a sacar un disco de estudio. ¿Ha dejado de pasarlo bien grabando música, publicándola y promocionándola?

R Ha sido algo totalmente circunstancial. Hice el «Somiatruites» y después el espectáculo de «Manifestació», que era un monólogo que no tenía sentido sacar en disco. Después escribí el libro (España de mierda) y después hice otro espectáculo, «Guerra», con Raúl Refree y Fermin Muguruza... En total, cuatro años. Lo de no haber grabado últimamente ningún disco lo he hecho expresamente, ha sido así.

P ¿Alguna vez ha sentido que ha dejado de pasarlo bien en su trabajo?

R No, porque cuando me aburro me pongo a componer, o a escribir, a pensar en mis cosas.

P ¿Y le es fácil componer?

R Para mí está chupado, sí. Lo complicado es poder enseñar todo lo que compones, que no tienes tiempo material para hacerlo. Si tuviese que presentar todos los espectáculos que tengo en la cabeza, uno cada dos años, me moriría antes de poder hacerlo. No llego a tiempo.

P He leído que está usted a punto de presentar un nuevo espectáculo, «Miedo».

R Sí, lo estrenamos en enero. Hablamos sobre cosas que nos dan miedo, y este sí lo publicaremos después en un disco.

P ¿Pero es sobre el miedo infantil como el de los payasos de Stephen King, o un miedo más social o existencial?

R Es un repaso a los distintos miedos que pasamos en la vida desde que somos pequeños hasta que te mueres. De algunos de los miedos que te acompañan toda la vida.

P ¿Hace tiempo que no viene por València a tocar? A diferencia de lo que pasa en Cataluña, aquí ahora hay un montón de balcones con la bandera de España...

R La verdad es que ya he perdido la cuenta de tantas veces que he venido. Sobre lo de las banderas, supongo que quien la saque es porque se sentirá español. Yo estoy de acuerdo con lo que dice Robe (Iniesta), eso de que las banderas de mi casa son la ropa tendida al sol.

P Robe canta unas «bragas tendidas al sol»

R Pues eso.

P ¿Cómo se sintió en ese ratito en el que fue el héroe de mucha gente por su llamada «a los catalanes y los españoles sensatos»?

R Me resultó muy gracioso.

P ¿Eso de ser sensato no está un poco sobrevalorado?

R Sí, claro. Soy sensato y si no me dejas te envío a la Guardia Civil (ríe). Claro, así cualquiera es sensato.

P ¿Con lo delirante que se está poniendo todo a nivel político y social, no tiene la sensación de que se está convirtiendo en un cantautor realista? Parece que algunos políticos le están adelantando por la izquierda en eso de decir burradas.

R Está claro, siempre lo he dicho, la realidad supera siempre mi imaginación.

P ¿Por suerte o por desgracia?

R No sé, yo soy un hombre en un lugar determinado del planeta en un momento determinado de una historia de 20.000 años.

P Sí, pero pese a ser tan insignificante hay gente que le da mucha importancia a lo que usted dice, para bien y para mal.

R Bueno, supongo que es porque deben estar hasta los huevos de ver siempre lo mismo en los periódicos y la tele. Cuando uno dice una cosa un poco diferente debe hacerle ilusión y todo.

P ¿Con todas las polémicas que le rodean cuando va a un sitio, con las veces que han querido prohibir sus espectáculos, no le apetece más quedarse en su masía que ir a tocar a esos sitios?

R Es que a mí no me recibe nadie, no soy nadie, no soy la tele ni el rey de España. Yo voy a un lugar determinado al que viene a verme una gente determinada, que hace un esfuerzo para escuchar lo que digo. Nunca viene nadie que no quiere escucharme ni yo he pedido que vengan.

P ¿Pero no es una pena que gente que no va a ir a su concierto no quiera que vayan los demás?

R A mí sí me lo parece, pero el que dicen que está loco soy yo.

P En su libro «España de mierda» escribía de un país prebélico y a punto de romperse. ¿Es usted un visionario o sólo un perspicaz observador?

R Bueno... No sé, no me haga hablar que acabaremos en prisión usted y yo.

P Últimamente ya le he leído varias entrevistas en las que no quiere hablar de ciertas cosas ¿Tan mal estamos?

R Yo creo que España está muy bien ahora. Es un momento muy bonito y es un país fantástico. Viva España, con el corazón partío y el ojo morado (ríe).

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