El miércoles se estrena en La Rambleta 'Priscilla, reina del desierto', un musical basado en la película que en 1994 dirigió Stephen Elliot y que ha triunfado en medio mundo con una receta bien simple: humor, espectacularidad, grandes canciones y un mensaje claro y directo.
P En Priscilla lleva usted desde el principio...
R Sí, desde 2014 haciendo el mismo personaje, aunque no son tres años completos porque entre temporada y temporada descansamos.
P ¿Y cómo se lleva con tu personaje después de tanto tiempo?
R Muy bien, no hay más remedio después de tantos años. Es un regalazo hacer un personaje como antes en un espectáculo como Priscilla. Podría estar muchísimo tiempo más.
P Hace de una 'drag queen' con un hijo adolescente. Cómo diría alguno, ¿a dónde hemos ido a parar?
R Pues fíjate, eso es lo que cuenta Priscilla. Es un canto a la tolerancia y a la diversidad familiar, que yo creo que es un mensaje universal y por eso sigue triunfando desde que se estrenó la película. Aún así, queda por trabajar mucho en eso lamentablemente.
P La película se estrenó en 1994. ¿Cree que ha cambiado mucho desde entonces la imagen de la homosexualidad en general y de los 'drags' en particular?
R Se han conseguido muchos avances en el tema de la homosexualidad. Y en cuanto a las drags, también han evolucionado, aunque nosotros hemos querido mantener la imagen que tenían cuando se estrenó la película. De hecho, el vestuario que ganó un Óscar en el musical se respeta un montón, y también tiene un montón de premios.
P Tras la película hubo un 'boom' en España de los espectáculos con 'drag queens'. Hubo como una renovación desde aquellos transformistas que imitaban a Lola Flores o Sara Montiel.
R Sí, desde luego. La película incentivó un montón ese mundo tomara otros cauces y fuera algo más loco y con una imaginación más a flor de piel. Lo que yo creo es que 'Priscilla' tampoco es un espectáculo sólo para drag queens. La esencia y el mensaje es otro, es un viaje de tres amigos que van en busca de su felicidad y su aceptación. Por eso atrae a tanta variedad entre el público, por eso vienen tantas familias con hijos pequeños o personas mayores. No sólo se dirige a un público gay.
P La película no deja de ser una road movie, unas personas que hacen un viaje con un objetivo.
R Si, es una road movie totalmente adaptada al teatro, con un personaje fundamental que es el autobús (Priscilla) de dimensiones reales. El 'road trip' coincide con un viaje emocional de los tres personajes.
P Y además, retrata a una sociedad respecto a la homosexualidad, con gente que se une a las protagonistas y otros que las rechazan.
R Sí, como la película, es una comedia musical, con el mismo guión y la misma trama. La película quizá tiene un punto más oscuro que le musical. En mi caso el drama es el tener un hijo al que no ha tenido suficiente valor para conocerlo.
P El viaje transcurre en el desierto Australia, pero ¿no podría haberse trasladado a la meseta española?
R Claro que sí, cada país tiene las ciudades y luego las provincias en donde te puedes encontrar experiencia muy curiosas. Creo que eso es universal.
P La música es una parte importante.
R Importantísima. Es un personaje más, con temas universales de Donna Summer, Gloria Gaynor, ABBA, Madonna... Canciones que son universales y que todo el mundo conoce aunque no sean de su generación.
P ¿Pero por qué se relaciona a las drags siempre con este tipo de canciones? ¿No podría salir una cantando Iron Maiden, por ejemplo?
R La música disco siempre ha estado relacionado a la clásica diva del escenario, y esa es la esencia que mueve a las drags, reconstruir esos temazos que nos hace bailar a todos. Iron Maiden puede ser muy divos en su entorno.
P ¿Quizá unos Kiss?
R Sí, quizá por eso de las plataformas y el maquillaje. Ves, al final no está tan alejado un mundo del otro.
P Usted empezó a estudiar periodismo.
R Sí, pero no lo acabé. Yo tenía muy claro que quería ser actor, pero es el momento en el que has de dejar tu ciudad para hacer algo más serio entre comillas, y lo que más me llamaba era el periodismo. Pero tenía claro que quería venir a Madrid a estudiar interpretación, fue siempre mi fan y el periodismo fue una excusa.
P Y después fue a Nueva York. ¿Qué aprendió allí?
R Aprendí un montón. Me fui siendo ya profesional, pero me dio una visión totalmente distinta de lo que es el teatro musical y la interpretación. Me dio un punto de vista muy distinto.
P En Priscilla interpreta y canta. ¿Con qué se siente más a gusto?
R Un actor debe estar formado en las tres disciplinas; cantar, bailar e interpretar. Llevo muchos años haciendo teatro musical, y en los tres estoy a gusto. Ahora estoy haciendo musical, y cuando puedes haces texto, televisión y cine y quiero que siempre sea así. Quizá en Estados Unidos sí tienen más claro que un actor ha de saber hacer las tres cosas, pero veo que en España ese semicomplejo se está acabando.
