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Entrevista

Philippe Jaroussky: "La tentación cuando uno tiene éxito es hacer siempre la misma gira"

«El futuro de los contratenores es abrir el repertorio, hacer otras muchas más cosas, más allá del barroco»

Philippe Jaroussky: "La tentación cuando uno tiene éxito es hacer siempre la misma gira"

P ¿Como va a ser el recital de València?

R Es la tercera vez que canto en València y voy con un programa que me parece de primer nivel. Aunque cantar a Haendel no sea muy original para un contratenor porque es de los favoritos de los contratenores en la música barroca y porque es un genio total. Tiene cientos de arias fantásticas. Lo que quiero hacer es una gira del disco, que tengo ahora en el mercado. La idea es hacer un programa de piezas quizás menos conocidas. No estarán las arias más grandes o famosas de Haendel, sino algunas mucho menos conocidas por el gran público.

P Esa es precisamente una de las ventajas de los cantantes que tienen tanto éxito. Se pueden permitir acercar al gran público un repertorio menos conocido y, aún así, llenar auditorios.

R Sí, exacto. Haendel es un genio y no deja de serlo por arias menos grandes. Hay óperas que tienen hasta 15 arias conocidas, aunque lo normal son tres o cuatro piezas que tienen un poder impactante en el público. Hace unos días hice este concierto en París y al final el público gritaba el nombre de arias conocidas para que las interpretara.

P Parece una reacción más propia de conciertos de pop.

R Ahora con internet y YouTube hay personas que me escuchan por primera vez en vivo pero me ya me conocen de estos vídeos. Lo que quieren ahora es escuchar en vivo lo que han visto en internet. Hay momentos para darles eso, pero es muy interesante probar y cambiar lo que piensa el público. Hay arias que he popularizado cuando casi no se conocían. Estoy muy contento de ello porque ahora hay jóvenes contratenores que se atreven a cantarlas. Mi proyecto es dar a conocer arias poco conocidas.

P ¿Por su éxito se ve más cercano a artistas de pop?

R Bueno, es posible que más cercano que en el pasado, sí. Hay una crisis del disco y eso es para todos; aunque quizás menos para los discos clásicos porque cuando alguien compra música clásica quiere normalmente todo el disco y en el pop la gente busca una canción, la más popular del álbum. Pero yo tengo mucha suerte con las ventas del disco. Cuando grabo lo hago porque la gente lo escucha. También hago el «juego» de hacer entrevistas y giras para sostener el álbum. No es que gane mucho con el disco. Como artista gano mi vida con los conciertos, no con los discos. Incluso a veces hemos tenido sorpresas de ventas. Hemos pensado que íbamos a vender más discos de un proyecto y después pasa todo lo contrario. También vemos sorpresas en las reacciones del público.

P Las reproducciones de sus actuaciones se cuentan por millones en YouTube. Imagino que este éxito en la red le habrá ayudado mucho.

R Internet ha cambiado todo. Mi carrera internacional -fuera de Francia- empezó a sonar mucho con internet. Ahora cuando alguien busca arias de Haendel o Vivaldi tiene muchas posibilidades de escucharme por primera vez.

P De hecho, es el primero que aparece en Google si uno busca arias de Vivaldi.

R (Ríe) Aunque no busques mi vídeo me vas a encontrar. Es un factor fenomenal. Hace dos o tres años que doy conciertos en Latinoamérica y cuando hice mi primer recital allí tenía la impresión de que la gente conocía muy bien mi trayectoria. Por internet. Puede que eso no sea muy positivo para la venta de discos, pero sí para que la gente me conozca.

P ¿Ve en sus conciertos más gente joven que en otros recitales de sus colegas?

R Sí, claro. El público que escucha clásica es quizás menos joven que el que escucha pop. Sin embargo, con internet podemos llegar a un público mucho más joven. En Latinoamérica me sorprende que la media del público que viene a la sala es menor de 30 años. Eso es increíble, no he visto esto en Europa. Canto mucho en Europa, pero cada vez me gusta más conocer un público de lejos, me da aire fresco porque la tentación cuando tenemos éxito es hacer siempre la misma gira de salas: París, Berlín, Londres,... Siempre con el mismo público. Siempre que puedo pruebo llegar a un público que me escucha por primera vez en vivo.

P La voz de contratenor no es de las más habituales. ¿Se siente especial?

R El público de los contratenores es diferente, busca otras cosas. Hay un publico lírico al que le encanta las grandes sopranos y tenores y al que no le gusta para nada la voz de contratenor. La voz de contratenor tiene mucho éxito ahora, no podemos decir lo contrario. Aunque no tendremos el mismo tipo de éxito que cualquier tenor como Plácido Domingo. Ahora hay una gran variedad de contratenores. Los hay más líricos y otros de iglesia. Es difícil definir la voz de contratenor. En el futuro tengo previsto hacer una ópera en el Teatro Real de Madrid, una obra moderna compuesta para mí.

P ¿El futuro de los contratenores pasa, entonces, por una música creada «ex profeso para ellos?

R Puede ser el futuro, sí. Cantar música compuesta para nosotros, no para los castrati, que ya no existen. Es lo que estoy haciendo en mi último proyecto. Podemos abrir el repertorio a muchas otras cosas. El futuro es abrir el repertorio, hacer muchas otras cosas más allá de la música barroca. Hay muchas cosas que podemos hacer, hay compositores de ahora a los que le gusta proponer a los contratenores nuevas músicas. Esto puede ayudar a los contratenores a crecer y no cantar solo un siglo determinado.

P ¿Qué proyectos tiene en marcha?

R Tengo un proyecto en música moderna, pero no puedo revelarlo actualmente (ríe). He pasado mucho tiempo adaptando mi voz al repertorio; ahora lo que quiero es adaptar la música a mi voz, para tener la tesitura más confortable y concentrarme más sobre la música y menos sobre el aspecto virtuoso. Así puedo dar más musicalmente que físicamente.

P ¿Cuál es su compositor fetiche?

R El compositor es definitivamente Haendel. Un compositor que no canto mucho es Mozart y es una pena, pero no hay normalmente arias adaptadas a mi voz.

P ¿Cómo acabó como contratenor, porque tengo entendido que usted es barítono?

R Sí. Tocaba el violín y empecé en la música bastante tarde, con 11 años y para ser un gran violinista es un poco tarde. Después empecé con piano y a los 18 años descubrí mi voz y ha cambiado mi vida. Nunca pensé hacer una carrera así, viajando mucho y de solista. Es un sueño, aunque hay mucha presión. Hay noches en las que tengo más voz que otras.

P ¿Cómo cuida su voz?

R Me cuido mucho cuando estoy de gira: duermo, intento no hablar mucho... Por eso puedo atenderte ahora porque hoy [por ayer] no canto (ríe). Cuando era más joven cantaba mucho antes de los conciertos porque quería probar mi voz. Ahora estoy más tranquilo. Cuando tengo gira y conozco el programa no necesito más de 15 minutos para probar la voz. Economizo para dar lo máximo al público durante el concierto. Tengo la suerte de poder dormir entre 10 y 12 horas antes de un recital y no hablar mucho.

P ¿La voz del contratenor es la más difícil?

R ¡No! La más difícil es el tenor porque sus agudos requieren un trabajo físico. Mucha gente piensa que la voz de contratenor es más frágil, pero yo creo que no. Si cojo una música adaptada a mi voz no me voy a cansar más que otros. De todos modos, cada voz tiene su edad de oro. Ahora estoy empezando un periodo de madurez, porque hace más de 20 años que canto pero no sé cuantos años más va a durar: dos, cinco, quince... Después, no sé si a los 50 o 60, tendré la misma flexibilidad.

P ¿Es posible mantenerse como contratenor con el paso de los años?

R Sí, pero adaptando el repertorio. A los 60 años igual no canto arias de castrati, pero sí más íntimas o música de iglesia. Ahora canto mucho, pero estoy muy interesado por la dirección, por dirigir y ayudar a nuevos cantantes. Creo que no me resultará tan difícil dejar de cantar.

P Hace tres años interpretó a «dueto» piezas de Vivaldi con una de las belugas de l´Oceanogràfic. Permítame la broma: ¿qué repertorio interpretaría hoy con ella?

R No lo sé, quizás habría que saber si la beluga ha tomado curso de canto durante este tiempo (ríe). Me impactó mucho aquella experiencia. La beluga me miraba tan fuerte y directo a los ojos... Tenía una fuerza impresionante de los sonidos.

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