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'La chica del lago' rescata en la figura de Tonico Ballester

La figura instalada en el Mercat de Colón es la primera en lValència de este vanguardista escultor

'La chica del lago' rescata en la figura de Tonico Ballester

Cuando alrededor de 1963 el escultor Antonio Ballester Vilaseca -más conocido como Tonico Ballester- volvió a su València natal tras años en el exilio, se dedicó principalmente a finalizar y ampliar varios de los encargos obtenidos en California, el lugar en el que se había asentado con su familia tras pasar varios años en México, y a la realización de nuevos encargos, en particular un retablo de la Santa Cena en piedra artificial de doce metros de largo por dos de alto, para la St. Anthony's Church (Fresno, EEUU).

Tonico también realizó esculturas en los que la figura humana, y sobre todo femenina, era la protagonista. Una de aquellas esculturas fue La chica del lago, una figura esculpida en bronce que desde hace unas semanas constituye la única muestra en la ciudad del autor, uno de aquellos artistas que, como su cuñado Josep Renau, adoptó el compromiso ideológico como arma política durante la República.

Hasta ahora, La chica del lago estaba en posesión de Ana Rosa Ballester, hija de Tonico como también lo fueron el músico Antonio Ballester y el pintor Jordi Ballester (integrante del Equipo Realidad). «Ana Rosa tiene una parte importante de su obra y está luchando para que esta sea conocida por le público, sobre todo en València», explicaban ayer fuentes de la familia.

«Hace poco -añadieron las mismas fuentes-, Ana Rosa contactó con Gloria Tello (concejala de Cultura del Ayuntamiento de València) y le ofreció la posibilidad de darle a la ciudad una de las esculturas de su padre. Una de las veces que Ana Rosa, que vive en Barcelona, vino a València pasó por el Mercat de Colón y vio el estanque. Le pareció el sitio ideal para colocar la escultura. Además, cuando volvió del exilió la familia se había instalado en una casa de la calle Isabel la Católica, muy cerca de allí».

De esta forma, La chica del lago empieza a resolver lo que la familia de Tonico considera una situación injusta respecto a la obra del escultor. Según su familia, sus herederos cedieron varias de sus obras al IVAM (que le dedicó una exposición retrospectiva en el año 2000 comisariada por Juan Manuel Bonet y Josep Ramón Escrivá) pero están almacenadas. «Ballester es una de las figuras más importantes de la vanguardia escultórica del siglo XX, no sólo en València sino en toda España. Estamos luchando para que su trabajo sea más conocido, y que también sea conocida su persona, porque Tonico fue de esa gente que lo dio todo por el pueblo, el país y el progreso».

Durante la Guerra Civil Tonico Ballester estuvo adscrito a la Sección de Propaganda de la Delegación de Milicias Antifascistas y realizó los primeros carteles en defensa del Gobierno republicano. Fue nombrado catedrático de dibujo del Instituto Blasco Ibañez de València pero en 1937 se incorporó en el frente de Teruel realizando trabajos topográficos en los frentes y luego a la Sección de Propaganda del Comisariado del Ejército de Levante. De la época de la guerra son sus obras Los Vencedores de Brihuega y Fuenteovejuna, dos retablos que fueron enviados al Pabellón de la República Española en la Exposición de París.

Tras la guerra Antonio estuvo preso en la Cárcel Modelo y allí consiguió organizar un taller de escultura para ayudar a sustentar a su familia. Tras su estancia en la cárcel realiza varias obras de imaginería para las iglesias de Godella y Rocafort, o la Santa Maria Lluch para el Santuario de Nuestra Señora del Lluch de Alzira.

En 1946 decidió trasladar a Ciudad de México, donde estaban ya su madre, sus hermanas y su cuñado Josep Renau. Allí siguió trabajando la imaginería religiosa, con obras de gran tamaño y trabó relación con los exiliados, como el arquitecto alicantino Félix Candela, con quien colaboró en la ornamentación del templo de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Este tipo de obras eran su medido de vida, pero paralelamente siguió creando obras escultóricas con un estilo propio, mucho más cercano al de La chica del lago.

De 1960 a 1963, se trasladó a Los Angeles, donde siguió realizando varias obras de gran tamaño y un gran número de retablos y figuras de gran tamaño para el de St. John's Seminary (Camarillo, EEUU). Como curiosidad, en esta época previa a su vuelta a València creó un gran número de figuras de cera de conocidos actores de Hollywood.

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