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Entrevista | Consuelo Luca de Tena

Luca de Tena: "Los jardines fueron una obsesión gozosa para Sorolla"

Luca de Tena: "Los jardines fueron una obsesión gozosa para Sorolla"

P Esta exposición es como traer un trocito de la casa Museo Sorolla de Madrid.

R Sí, hay muchísimos cuadros de la exposición que representan el jardín de la casa y la propia casa. La mayor parte de los cuadros, además, proceden de allí. El museo tiene pinturas del propio jardín porque las pintó cuando ya no necesitaba pintar por encargo. Las pintó por gusto. Pintar en el jardín fue la afición de sus últimos años. En la casa museo guardamos una buena representación. Son cuadros muy bonitos porque están pintados con mucha soltura, son los rincones que Sorolla escogió y contagia ese disfrute del jardín y de pintarlo.

P Son unas pinturas más íntima.

R Son unos cuadros muy personales. En aquel momento ya no tenía necesidad de agradar. Había estado trabajando una barbaridad en el encargo de la Hispanic Society y el refugiarse en su jardín y en sus cuadritos de pequeño tamaño, en su intimidad y con su familia alrededor, era muy importante. Fue el placer de los últimos años.

P Tanto que en la exposición vemos que incluso él mismo hizo dibujos y bocetos del jardín de su casa.

R Los dibujos son interesantes, aunque no tanto porque sean valiosos o para enmarcar. Manifiestan el interés que Sorolla puso en el diseño de su propio jardín, en la cantidad de vueltas que dio hasta que conseguió plasmar lo que él quería. Los dibujos que han viajado a València son una muestra pero tiene cientos de dibujos de planteamientos generales. Fue una obsesión gozosa. Los jardines son una delicia.

P ¿Cuánta obra presta la casa museo?

R Ahora mismo tenemos esta exposición aquí, y otra de paisajes con 60 obras en Murcia. Además, prestamos individuales a otras entidades. Siempre tenemos una media de 10 o 20 cuadros circulando. No obstante, en Madrid tiene su lugar permanente y aquí en el Museo de Bellas Artes aunque se haya reducido la sala Sorolla.

P Sorolla es uno de los artistas españoles más internacionales. ¿No está su obra demasiado dispersa por el mundo?

R No estoy en contra del mercado. Me encanta que las cosas estén al alcance de todos y las podamos ver en los museos pero los artistas pintaban para el mercado; tenían que vivir. Sorolla organizó fuera de España exposiciones impresionantes. Mandó cerca de 400 obras a Paris, 300 a Londres, muchísimas a Berlín, y más de 200 a EE UU. Quería ser conocido y vender en todas partes. Cuando un coleccionista compra lo hace como inversión, pero esa compra es un acto de amor, un sacrificio económico importante. Aún así me da mucha pena cuando una obra sale al extranjero, aunque también pienso que es una representación de Sorolla fuera de nuestras fronteras. Sorolla fue famosísimo en su tiempo.

P ¿Por qué fascina tanto Sorolla?

R Porque hace una pintura luminosa y optimista, es una pintura calurosa que irradia y que la gente lo percibe y aprecia.

P ¿Cuál es su estancia favorita de la casa museo?

R Mi estancia favorita, si quitamos el jardín que es muy seductor, es el estudio de Sorolla. Tiene una fuerza impresionante, parece que va a aparecer por ahí el propio Sorolla de un momento a otro. Es la más espectacular, la más grande y la que reúne más obra; están allí sus caballetes, sus pinceles... Es el corazón de la institución y suele ser lo que más gusta.

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