El Palau de la Música de València recibió ayer la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, concedida por la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. El acto, que tuvo lugar en el Museo de Bellas Artes, contó con la presidenta del auditorio y concejala de Cultura del Ayuntamiento de València, Glòria Tello, quien recogió la distinción.

«Cuando supe que la Academia había considerado ofrecer la Medalla al Palau, fui consciente que íbamos a dar un importante paso dentro de las gestas conseguidas a nuestra historia», dijo Tello. «Obtener tan grande distinción, no sólo nos hace más honrados, sino que también, dota de sentido todo el trabajo que hemos hecho durante años», continuó. «A pesar de que no siempre se les ha hecho justicia y en demasiadas ocasiones se ha querido esconder su mérito, quiero nombrar de manera muy especial, a Ricard Pérez Casado y a Vicent Garcés, alcalde y concejal de Cultura, que ahora hace 30 años, hicieron posible la construcción del auditorio», señaló Tello a modo de homenaje.

«Aprovecharon la oportunidad que brindaba el Plan Nacional de Auditorios del Ministerio de Cultura para dotar a nuestra ciudad de aquel espacio digno donde poder alojar los mejores conciertos con una acústica excepcional. En una tierra meramente musical como la nuestra, era fácil adivinar que aquel espacio marcaría un antes y uno después en la ciudad. En varios sentidos. Musicalmente dotando de sede, no sólo a la Orquesta de València, sino también a la Banda Municipal». «Y -continuó- urbanísticamente, como motor regenerador de un espacio que, a pesar de sus buenas conexiones, se encontraba muy degradado», dijo Tello. Profundizó en el plano económico de lo que supuso el Palau «como motor cultural con alcance internacional» y socialmente, «como centro de referencia» para quienes «sentimos la música, como base de nuestro ADN».

«Este galardón es un reconocimiento a tres intensas décadas de servicio cultural a la ciudadanía. Un servicio que continúa siendo, cada vez más, ese motor cultural y musical, que nos sitúa como referente más allá de nuestras fronteras. Tres décadas de funcionamiento, con una media de tres actividades diarias», desgranó Tello. «Más de 11.000.000 de asistentes y 40.500 abonos desde su inauguración son algunas de las cifras que demuestran la importancia del Palau en el mundo. Cifras que complementan otras muy significativas y es que también, en estos momentos, estamos de enhorabuena por los aniversarios. El 30 aniversario del Palau de la Música, el 75 de la Orquesta de València que conmemoramos en la presente temporada que acaba de empezar y el de esta modélica Academia, con 250 años de historia», concluyó la concejala de Cultura.

Por parte de la Academia, su presidente, Manuel Muñoz, hizo alusión al origen de la sección de Música de la institución, en 1986. Los primeros académicos fueron el compositor José Báguena Soler, Salvardor Seguí, la compositora Matilde Salvador y el pianista Mario Monreal, recordó Muñoz.

El laudatio habitual corrió a cargo del académico de número Bartomeu Jaume, quien señaló que el Palau ha sido para los músicos valencianos el «mejor estímulo que pudieran recibir», pues actuar en él ha supuesto para ellos «la necesidad de estar a la altura que allí ha sido norma». «Al celebrar allí el 250 aniversario de la Academia, el Palau figurará entre los recuerdos más emotivos de la Academia. Los mismos que tienen, intérpretes y espectadores, niños y adolescentes, varias generaciones ya, que han experimentado allí, en el Palau de la Música de València, sentimientos que son fundamentales para sus vidas», concluyó.

El acto contó con la actuación de la OV, bajo la dirección de la concertino Anabel García del Castillo. El conjunto interpretó el Concerto grosso, op.6, no.8, en sol menor (Concerto di Natale), de Arcangelo Corelli, y Simple Symphony, op.4, de Benjamin Britten.