El Institut Valencià de Cultura presentó ayer la obra «De Sukei a Naima», una coproducción de el IVC con la compañía alcoyana La Dependent, que se podrá ver en el Rialto de Valencia del 16 de noviembre al 3 de diciembre. El director general del IVC, Abel Guarinos, destacó el carácter vertebrador de las coproducciones: «hemos coproducido todo tipo de proyectos con compañías como Proyecto Titoyaya de Elx, José Antonio Portillo y Enric Monfort de Castellón, Micalet y Francachela Teatro de Valencia y La Dependent de Alcoi», subrayó. «De Sukei a Naima» recibió el Premio Ciutat de València de Teatre Eduard Escalante y es «ejemplo del apoyo de el IVC a la dramaturgia contemporánea valenciana, en este caso de Gemma Miralles», tal como destacaron fuentes del instituto.

La obra trata de la pérdida, a través de las prohibiciones y las persecuciones, de la identidad y la cultura de un pueblo, el morisco; del sufrimiento de una sociedad sometida que lucha por preservar su religión y costumbres. Se adopta como referencia la expulsión de los moriscos en el año 1609 y se abordan temas diversos como la migración, el desplazamiento, la integración y el perdón.

En palabras del director adjunto de artes escénicas de el IVC, Roberto García, «´De Sukei a Naima' enlaza con la obra que estuvo hasta el domingo pasado en el Teatro Rialto, 'Un obús en el corazón'. Ambas historias nos hablan de la emigración, de la intolerancia y de la pérdida, obras como estas nos hacen reflexionar sobre nuestro papel y nuestra responsabilidad con respecto a los refugiados que cada día intentan llegar al nuestro país, y nos recuerdan que estas situaciones ya se dieron en el pasado y nos afectaran a nosotros mismos, y que, por tanto, no es un problema ajeno».

Gemma Miralles ha elegido en esta obra la angustia de una familia de moriscos valencianos en el ambiente de los años previos a su expulsión en 1609, cuando cerca de un tercio de la población debió salir de estas tierras, y también en las consecuencias de esta expulsión determinadas por la obligación de elegir entre mantenerse fieles a la religión, y por tanto verse en la obligación de abandonar la tierra natal, o convertirse al cristianismo oficial y quedarse.