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Defunción

Charles Manson, el psicópata pop

En agosto de 1969 una secta provocó una matanza bajo la orden de un hippy que quería adelantar el apocalipis al son de los Beatles

Charles Manson, el psicópata pop

Charles Manson murió el lunes a los 83 tras media vida en prisión. Ya había estado cuando era un adolescente con visos de psicópata y antes de instalarse en la California lisérgica de los 60, donde atrajo a un grupo de seguidores, la mayoría mujeres jóvenes y descarriadas a las que convenció de que el apocalipsis estaba cerca y que se manifestaría en forma de guerra entre negros y blancos, de la que los primeros saldrían vencedores pero sin líder. Ese hueco, claro, lo ocuparía él. Como quiera que esa lucha apocalíptica entre razas tardaba en llegar, Manson decidió acelerar los plazos. El plan era que la «Familia» perpetraría una serie de matanzas de blancos dejando pistas que apuntaran a grupos como los Panteras Negras.

Con esa objetivo, cuatro miembros del clan Manson se presentaron en el 10050 de Cielo Drive en Berverly Hills. Tras asesinar a un amigo del jardinero de la mansión, los discípulos de Manson irrumpieron en la vivienda en la que estaban Sharon Tate, embarazada de ocho meses y medio, y sus amigos. Roman Polanski, su marido, estaba dirigiendo una película en Londres. Primero asesinaron a Jay Sebring , Wojciech Frykowski y Abigail Folger. Tate les suplicó que no le hicieran nada porque estaba a punto a dar a luz. «Morirás y no tengo ningún sentimiento hacia ti», le espetó Susan Atkins (a la que su líder había bautizado como Sexy Sadie) antes de clavarle varias veces el cuchillo y escribirle en la barriga la palabra «cerda».

La noche siguiente, la «Familia» volvió a perpetrar otra matanza. Las víctimas fueron el matrimonio Leno y Rosemary Bianca. Con su sangre escribieron sobre las paredes «Helter Skelter», que era el nombre con el que Mason bautizó su intento de apocalipsis, además de ser el título de una canción que los Beatles grabaron en 1968. La considerada por muchos como primera canción heavy de la historia toma su nombre de una montaña rusa aunque sus connotaciones sexuales son evidentes. Pero en el cerebro anormal de Manson las referencias a subidas, bajadas y vueltas hablaban de su guerra entre razas. Para Manson, el Álbum Blanco de los Beatles estaba lleno de referencias a su fin del mundo psicohippy en el que Paul, Ringo, George y John eran algo así como los cuatro jinetes de la apocalipsis.

Antes, la historia del rock y la de Charles Manson ya se habían cruzado. Fue amigo de Neil Young y, años después, éste le dedicaría el «Revolution Blues» de aquel magnífico «On the Beach». También fue amigo de Dennis Wilson, de los Beach Boys. Antes de la masacre del 69, la Familia estuvo viviendo en la mansión del pequeño de los Wilson. En su disco de 1968 «20/20» los Beach Boys incluyeron «Never learn to love», que Manson reivindicó como propia y que regrabó dos años después con otro título para incluirlo en un disco de 1970 cuyos beneficios iban destinados a pagar su defensa por los asesinatos de su clan. En cierta ocasión Dennis le pidió a su amigo Terry Melcher, productor de los primeros Byrds e hijo de Doris Day, que le produjera un disco a Charlie. Melcher escuchó la maqueta y le recomendó que mejor se dedicase a otra cosa. Terry Melcher vivía en una mansión de Beverly Hills. Concretamente, en el 10050 de Cielo Drive y en 1969 se la alquiló a Roman Polanski y Sharon Tate. Dicen que cuando aquel 9 de agosto de 1969 los cuatro asesinos del clan Manson bajaban por la calle con las ropas ensangrentadas, iban cantando «Qué será, será», la canción que había popularizado mundialmente una tal Doris Day.

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