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Entrevista | Javier Sierra

Javier Sierra: "Si el Grial de la Catedral de València no existiera habría que inventarlo"

Javier Sierra: "Si el Grial de la Catedral de València no existiera habría que inventarlo"

P ¿Cómo surge 'El fuego invisible'?

R De una necesidad creativa personal. Había dedicado novelas anteriores a grandes enigmas muy tangibles, como la gran pirámide, los secretos de las obras de arte,... y sentía la necesidad de dar una vuelta de tuerca y enfrentarme a un enigma profundo y filosófico como el origen de las ideas. En cierto modo, la culpa la tuvo mi novela El maestro del Prado, que me hizo apasionarme por los arcanos de la simbología en la pintura. Eso me llevó a las pinturas rupestres, al origen del arte y al concepto de la explosión creativa del Paleolítico. Los sapiens dejan de ser unos homínidos más y empiezan a crear arte. No solo pictórico, sino que se encuentran en las cuevas huesos raspados para crear música. Es el tiempo en el que empezamos a contarnos historias alrededor del fuego; surge, de alguna manera, la literatura. Y a mí eso me fascina. Quise profundizar en esa eclosión y acabé como los filósofos de la antigua Grecia: preguntándome quién susurra las ideas al ser humano.

P ¿Cuál es el fuego invisible de Javier Sierra?

R Mi fuego invisible sale de la curiosidad; mis brasas y combustible son siempre las preguntas. En esta novela el centro es el cuento del grial, de Chrétien de Troyes, que cuenta la historia de Perceval, que vive con su madre, aislado, pero con una mente muy curiosa. Un día se encuentra con unos caballeros a los que no deja de preguntar, estos le reprenden y le dicen que si un día quiere ser como ellos ha de educarse y dejar de preguntar. El joven deja de preguntar y un día se encuentra con el Grial, con una señora que lleva un cuenco del que sale una luz sobrenatural. Como le han dicho que no pregunte se pasará el resto de su vida sin una respuesta. Es una metáfora perfecta de lo que pasa hoy: estamos educando a los niños en unas verdades fundamentales, pero no les enseñamos a hacerse preguntas. Educamos sobre dogmas y no sobre la curiosidad.

P ¿Qué hace cuando el fuego invisible tiene menos fuerza?

R Las llamas se apagan por lo cotidiano y las rutinas. Hay que viajar. El antídoto a todos los males es enfrentarse a lo desconocido. Enfrentarte a una aventura nueva.

P En esta novela habla sobre cuál es el fin de la literatura. ¿Lo ha encontrado?

R El fin de la literatura es despertar la conciencia del lector. No lo digo yo, se deduce de los primeros textos literarios que existen. La literatura se inventó para resolver preguntas que la razón no es capaz de aclarar y ese es el espíritu que he rescatado para mis novelas.

P Si le dieran a elegir entre entretener e iluminar con sus novelas, ¿qué eligiría?

R No son incompatibles, pero buscaría iluminar.

P ¿Usted también tiene esos 'daimones' que evoca la novela, esas emanaciones inteligentes que condiciona vidas?

R Mis daimones son los mismos que tenía Parménides en el siglo VI a. C y se reducen a uno solo con muchos tentáculos: el ruido. El ruido es el peor enemigo del pensamiento y mira en qué momento histórico te lo digo, cuando tenemos más exceso de información, de rumores, los abusos de cualquier tipo de alimento y sustancia€ Mis daimones están muy vivos, llevan mucho tiempo entre nosotros.

P ¿Para quién escribe usted?

R Para todo el mundo. Tengo presente al lector de dentro de 200 años. Me gustaría que mis novelas se sigan leyendo y por eso trato temas universales.

P Está usted en la tierra del Grial y se atreve a venir a València con una novela sobre él bajo el brazo...

R (Ríe) Vengo con mucha ilusión aunque la visión que doy del Grial no es la del mito; la copa de València es la que bebe del mito. Se asegura que es la de la Última Cena cuando no hay forma de comprobarlo. Es un objeto solo rastreable históricamente desde 1399 cuando el rey Martín El Humano la reclama al Monasterio de San Juan de la Peña. Todo lo anterior son leyendas. Me parece interesante que un objeto así haya sobrevivido al tiempo porque ha inspirado mucho. El poder del Grial valenciano ha inspirado movimientos sociales para protegerlo, históricos durante la guerra civil cuando se oculta, en la literatura, en el arte con Juan de Juanes€ Es de un valor tan grande que si el Grial de la Catedral de València no existiera habría que inventarlo. Cuando acabé La cena secreta lo primero que hice fue llevar el manuscrito a la tumba de Leonardo da Vinci y aquí no voy a dejar de acercarme a la capilla del Santo Cáliz.

P ¿Aún hay gente que busca el Santo Grial?

R Sí y debe seguir haciéndolo. El Grial no se encuentra, sino que se busca. Es un camino interior, es la metáfora que te ilumina desde dentro. El cuento no te habla de la copa sino de un cuenco con una luz que apaga todas las demás. Es una metáfora de una idea que ilumina tu mente. Cuando no logras definir algo la tendencia humana es tender un mito alrededor para aterrizarlo y poder manejarlo. Por eso aparecen las reliquias.

P ¿Le molesta que le comparen con Dan Brown?

R No, me es indiferente. Es una tendencia muy humana poner etiquetas. Siempre tenemos que clasificar al que tenemos al lado. A mí esa etiqueta me parece algo incompleta. Brown y yo tenemos intereses de temas comunes, pero Brown pone por delante el entretenimiento. Yo busco despertar al lector, que sienta que su pecho se abre y salga la curiosidad.

P ¿Para cuando una serie o película sobre alguna de sus novelas?

R Hay una serie firmada, una coproducción sobre La cena secreta pero es tan cara y hay que construir tantas cosas que va lenta€ Lo más inmediato es una serie de seis capítulos para Movistar. Es una recreación de cómo era Javier Sierra cuando tenía 10 años, cuando empecé a hacerme las grandes preguntas.

P ¿Dónde ha puesto su flamante y reciente Premio Planeta?

R Encima de una especie de columna de libros que tengo en casa. Próximamente lo llevaré a Teruel, mi ciudad natal, porque me han pedido que lo enseñe en el ayuntamiento.

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