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Festival La Cabina

El fenómeno fan más maduro

La cinta japonesa 'Ochiru' se alza con el Premio al Mejor Mediometraje de la décima edición del festival La Cabina - La película, de Kazuya Murayama, narra cómo un trabajador textil de avanzada edad se enamora de una 'idol' adolescente

El fenómeno fan más maduro

Kohei es un hombre solitario, soltero e introvertido que malgasta sus horas en una fábrica de tejidos en horas bajas. Vive en Kiryu, una ciudad de la prefectura de Gunma, Japón, en la que la industria textil ha tenido siempre un peso preponderante.Un día, da con una canción de una idol adolescente llamada Memetan, que resulta ser la hija de su peluquero. Contra todo pronóstico, se enamora de ella. Pero, ¿de quién lo hace? ¿De la hija del peluquero o de la cantante glorificada? Esas son algunas preguntas que plantea Ochiru, el mediometraje ganador de la décima edición del Festival Internacional de Mediometrajes La Cabina, un certamen único en el mundo, al que ha acudido Kazuya Murayama, el director que firma esta cinta, y de la que sale triunfante, «sin pretenderlo».

"Nunca antes había ganado nada. Todavía no me lo puedo creer", asegura el cineasta japonés. Está sorprendido porque ha sido su primer mediometraje. Y también su primer proyecto "intelectual" en mayúsculas, porque Murayama es, en realidad, director de videoclips de artistas de pop japoneses. "Quería hacer algo más creativo y contar algo al espectador", asegura.

Es el artífice y el creador de esos videos llenos de luz, colores estridentes y coreografías que recuerdan a grupos de pop de los 90, como 'N Sync, The Backstreet Boys o Spice Girls. A pesar de que confiesa que no se siente "especialmente realizado" en ese mundo, Muyarama considera que es "pronto" para dejarlo, ya que todavía no ha conseguido hacerse un nombre en el sector. "Hay mucha competencia, y quiero tomar esa clase de decisiones con mucha más calma".

El jurado de La Cabina ha decidido otorgarle el máximo galardón del festival por su capacidad para "cautivar" al espectador. Según Lorena Lluch - miembro del jurado de la Sección Oficial-, Ochiru ha cautivado al jurado "a través de unos personajes y una historia que, lejos de su trasfondo oscuro, solitario, intrínseco a una cuestionable tradición de ídolos femeninos como objetos de deseo, consigue dar la vuelta a la emoción del espectador, contagiándole del espíritu de superación de su protagonista, y el color y optimismo de la puesta en escena". Makoto Nakamura, protagonista de Ochiru, ha sido galardonado con el Premio a Mejor Actor, y Wataru Maeguchi, con el Premio a Mejor Música.

Entender a los fans

La hazaña de Ochiru es poner al alcance del espectador las emociones surgidas del fenómeno fan al mismo nivel que Kohei, el hombre que empieza a adular a la cantante adolescente. Esta es en realidad una válvula de escape para el adulto, que se siente atrapado en un lugar y en un trabajo en el que no guarda demasiadas esperanzas de futuro. Algo muy distinto ocurre con la cantante, que simboliza una generación de jóvenes japoneses llenos de esperanzas que ven en el ocio una opción laboral. Al contrario de lo que se podía esperar de una cinta sobre los idol japoneses, Muyarama acepta el fenómeno y lo traduce con emociones sin ponerlo en tela de juicio. Esta no es una cinta crítica ni reivindicativa, sino un retrato emotivo sobre dos generaciones diferentes que perciben la cultura popular de manera diferente. El hombre adulto acaba cediendo al atractivo de la nueva generación, menos triste, menos resignada, pero más superficial.

"Al principio me preocupaba que la cinta pudiera verse un poco ´pervertida´, ya que relata el enamoramiento de un hombre mayor hacia una chica joven. Me ha sorprendido que en València no se viera así", explica el cineasta.

Muyarama conoce bien el fenómeno fan, muy común en la industria musical en su país, donde tienen gran éxito jóvenes guapos con talento musical dados al merchadising y a las grandes apariciones públicas. Algo que España no vive desde el triunfo de las primeras ediciones de «Operación Triunfo», con Bisbal, Rosa, Chenoa, Beth o Manuel Carrasco llenando estadios y reuniendo a miles de personas en firmas de discos.

"La particularidad de la idol de Ochiru es que canta letras optimistas, con mensajes que necesita oír el protagonista. Ella se convierte en un rayo de luz", explica.

Según Murayama, su próximo proyecto versará sobre un grupo hardrock punk japonés con estética EMO, subcultura con seguidores en España que se caracteriza por llevar pelos lisos con largos flequillos y maquillaje oscuro.

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