Aunque Celebración de París quedó escrita en 2010, Juan Goytisolo no duda en el prólogo del libro en reivindicar su mensaje tras los atentados yihadistas posteriores en la capital francesa. Y subraya una frase de José Vidal-Beneyto incluida en el texto: "En estos tiempos de desolación colectiva, en los que el egoísmo y la furia del salvaje urbano vienen a añadir tanta crueldad gratuita a nuestras maltratadas existencias individuales, los valores de armonía y convivencia pueden ser una invitación a la felicidad. Que no deberíamos dejar que se perdiera".

Vidal-Beneyto celebra París reflexionando sobre el espacio cultural y social de los cafés, pasajes y salones en donde se desenvuelve la vida literaria y artística de la ciudad. Por su medio centenar de páginas pasan Walter Benjamin, Haussmann, Sartre o Simone de Beauvoir y con ellos el lector recorre Saint Germain-des-Prés, Montparnasse, el Café de Flore o La Coupoule. E, incluso, aunque quede algo lejos, las páginas también pasan por su Carcaixent natal: "Los cafés promueven y asumen los rasgos dominantes del medio en el que se encuentran. Y así, en mi pueblo, la pasión musical valenciana hizo que los dos principales cafés tuvieran su banda de música y con ellas se instalara una permanente competición y el inacabable palabreo sobre los respectivos méritos y deméritos de una y otra. Durante largo tiempo, la Lira Carcagentina, hermanada con el Casino Gallero, ha mantenido viva, aunque en solitario, esta tradición musical cafeística".

Vuela un aire de nostalgia en el último texto del pensador valenciano. "La regresión de los cafés se inicia en los años sesenta con la ola de las cafeterías, sitios del consumo de pie, concebidos para la urgencia, no para la palabra, y no cesa hasta hoy".