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Entrevista | Joan Enric Lluna

Joan Enric Lluna: "No ha habido un proyecto para la Orquestra de la C. Valenciana"

"Hay una tendencia en los compositores del siglo XXI por hacer un esfuerzo para acercarse al gran público"

P ¿Se siente más clarinetista o director?

R Me siento músico y cuando puedo tocar soy feliz y cuando dirijo también. Me siento más músico que una cosa u otra.

P ¿Para labrarse un futuro en la música hay que salir fuera?

R La música clásica es un mundo muy internacional. Igual salimos los españoles que los ingleses y alemanes. Tienes que estar presente en el circuito internacional. Sí, claro, hay que salir.

P ¿Cuál es su repertorio favorito?

R Con el clarinete, cualquiera y dirigiendo, el periodo clásico y romántico; sobre todo el romántico primero y la música contemporánea. Beethoven, Schumann, Mendelssohn, Bramhs? Me siento cómodo en la música del siglo XX y XXI. La contemporánea me atrae y disfruto muchísimo.

P La contemporánea es quizás la más desconocida por el gran público.

R Igual que el arte contemporáneo, tiene una parte conceptual e intelectual muy fuerte y es más difícil que entre a la primera al público. Desde hace tiempo hay una tendencia en los compositores del siglo XXI que hacen un esfuerzo por acercarse al gran público y sus ideas musicales las traducen en un lenguaje más asequible y lo están consiguiendo. Por ejemplo, los compositores místicos se han hecho muy populares porque casan con la filosofía posmoderna. Después hay compositores que han escrito con un lenguaje más abstracto y que ahora buscan otros que tengan un impacto y lo están consiguiendo. Es cuestión de saber a atraer al público, porque una vez está en la sala va a disfrutar seguro.

P Ese es el gran reto: atraer público a los auditorios.

R Sí, el problema que tenemos en la música clásica es cómo atraer al público. No se invierte tanto en marketing como en la música pop. No se está presente como debería en medios como televisión o radio. Es una música que para muchos resulta elitista cuando en realidad es una parte fundamental de la educación y del cultivo del ser humano. Igual que la buena literatura o el teatro. La música es el arte más profundo y que más impacto tiene en el público.

P ¿Nota más sensibilidad musical en el resto de Europa que en España?

R Depende de los países. Finlandia y Alemania dan mucha envidia, pero es un problema internacional. Finlandia es un referente porque, por decisión política y social, decidió asociar la identidad del país con la música. Además de que siempre están llenos los conciertos, hay un apoyo grandísimo a la música.

P ¿Cuál es su auditorio predilecto?

R Es difícil decirlo pero donde me encanta tocar es en los Proms de Londres, en el Royal Albert Hall. No solo por la acústica, sino por el ambiente de fiesta. Todo el mundo está de pie escuchando y es increíble. La sala del Palau de la Música es muy buena y en España hay otras salas también buenísimas.

P ¿Qué siente cuando toca?

R Cuando tocas produces tu sonido, no tiene que explicar nada, lo haces tú. Con lo que haces en una orquesta influyes igual que en un grupo de cámara donde hay una comunicación intensa entre músicos y donde cada uno aporta. Es lo más enriquecedor de ser músico.

P ¿Y cuándo dirige?

R Te enfrentas a un repertorio más amplio que el de un instrumento. Tener delante una sinfonía es muy enriquecedor, se siente que puedes aportar a la orquesta tus ideas musicales, tu manera de sentir la música y el reto es saber mostrarlo con tus gestos. Y aquí está el reto del director.

P Es usted clarinetista en la Orquestra de la Comunitat Valenciana. ¿Qué le pareció la dimisión de Davide Livermore?

R He estado de excedencia y lo he vivido desde fuera. Me reincorporo precisamente después de este concierto. Siempre que hay un cambio hay una oportunidad de mejorar las cosas y creo que debemos estudiar bien el tema y remontar el proyecto porque sobre todo la orquesta necesita mucho apoyo. Lo sé por los compañeros. Estaba en un momento muy bajo.

P ¿La Orquestra de Les Arts estaba bien tratada?

R No, sin tapujos. Se creó una orquesta que era un orquestón a nivel de cualquier orquesta mundial. Yo vivía en Londres y tocaba con las grandes de allí y esta sonaba igual o mejor. Esto no se ha sabido mantener. Necesita un proyecto de futuro para que la orquesta, aparte de la ópera, mantenga el interés de los músicos que son grandes profesionales. Hay que buscar una motivación, para que los directores tengan un mínimo nivel y para que las giras que se ofrecen mantengan a la orquesta en forma. No ha habido un proyecto para la orquesta. Los músicos se han ido desmotivando, Muchísimos se han marchado. Yo también me fui seis meses porque tenía otros proyectos. Ahora vuelvo con la esperanza de que los políticos tengan la sensibilidad de saber qué tienen entre manos. Espero que busquen a los gestores que puedan remontar esta situación.

P ¿Teme usted, como dijo Livermore, por el futuro del coliseo?

R No, sé que hay voluntad política de apoyar el proyecto.

P ¿Echa de menos más colaboración entre Les Arts y el Palau de la Música?

R Puede haber mucha más, como ponerse de acuerdo en programaciones. Coinciden y el público se divide.

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