El mundo del teatro dio ayer su último adiós al director de escena y pedagogo Antonio Díaz Zamora, que falleció el miércoles en València a los 76 años.

Hasta el tanatorio de la avenida de los Naranjos se acercaron numerosos rostros conocidos de las artes escénicas que quisieron despedirse y rendir un último homenaje a quien fue el encargado de poner en pie y dirigir el Centre Dramàtic de la Generalitat entre 1986 y 1989 y director de la Escuela Superior de Arte Dramático de València.

Rostros conocidos de la escena, entre dramaturgos, productores o intérpretes coincidieron en las palabras de halago hacia la figura de Díaz Zamora. Rosana Pastor, Carles Alfaro, Rodolf Sirera, Juan Vicente Martínez Luciano, Manolo Molins, José María Agramunt, Juanjo Prats, Lluís el Sifoner, Josep Simón, Alfredo Mayordomo, Empar Ferrer, Pilar Martínez, Teresa Lozano, Toni Benavent, Álvaro Báguena, Toni Tordera, Toni Pastor,... Una larga lista despidió a Díaz Zamora. También hubo representación institucional: el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; el director del Institut Valencià de Cultura, Abel Guarinos, y el director adjunto de Artes Escénicas, Roberto García.

Pensar solo una cosa buena de Díaz Zamora fue difícil para ellos, pues eran muchos los momentos que les llegaban a la memoria. Martínez Luciano recordó que Díaz Zamora «cuidaba cada detalle, era una delicia trabajar con él», aseguró director de Sagunt a Escena. «Ha dejado un gran legado, no hay nadie en el teatro valenciano que no le deba algo a Antonio», señaló.

Para Sirera, «casi todo en el teatro empezó con Antonio», él -dice- «fue el encargado de abrir muchas puertas cuando esto era un desierto», dijo el dramaturgo, quien recordó que Díaz Zamora «deja generaciones completas del mundo del teatro». «Hizo posible la consolidación del teatro público», recordó.

Para el fundador de Moma Teatre Carles Alfaro con su muerte «se nos ha ido una ventana hacía un modo de ver la cosas de otra manera». «Deja el legado de la memoria, que es lo único que podemos dejar porque las obras son efímeras».

Por su parte, la actriz Rosana Pastor, alumna de Díaz Zamora, dijo de él que «el teatro valenciano le debe mucho; de hecho, sin Antonio no se podría entender», afirmó emocionada. «Antonio ha sido mi maestro, la primera persona que me desveló el amor por la interpretación», explicó la conocida actriz. Recordó de él, al igual que lo hizo el productor Toni Pastor, la «pasión» con la que vivía el teatro y que aún mantenía, su conversación «seria y divertida siempre sobre el teatro», en opinión de Toni Pastor. Pero fue Rosana Pastor quien tuvo un emotivo detalle en la misa funeral por su adiós. Tras las exequias religiosas leyó fragmentos de textos teatrales a modo de mejor adiós y que puso a la capilla en pie y entre aplausos. Como se despide una gran obra de teatro cuando baja el telón.