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Entrevista

Alberto San Juan: "Hay una España que nunca se deja gobernar"

«Mi biografía no es la de un luchador ni mucho menos», asegura

Alberto San Juan: "Hay una España que nunca se deja gobernar"

P ¿Es España un país «ingobernable»?

R En 1486, después de años de lucha, consiguieron los campesinos poner fin a la servidumbre en Cataluña. En 1520, coincidieron las rebeliones de los Comuneros castellanos y las Germanías en València y Mallorca contra Carlos V y la alta nobleza. En 1868 se produjo la revolución de la Gloriosa, que destronó a Isabel II. En 1917 hubo una huelga general revolucionaria. En 1934 se declaró la comuna asturiana. En 1936 hubo una revolución libertaria. En 1976 hubo tantas huelgas como en el 34. En mayo de 2011 se ocuparon las plazas... Hay una España que no se deja gobernar. Porque quiere gobernarse. Hay una España radicalmente democrática.

P En el relato que acompaña los acordes de Fernando Egozcue, ¿quién tiene más posibilidades de gobernar España: el poder o las clases populares?

R El poder tiene el dinero, las armas, la ley, las instituciones... Las clases populares son mayoría. Y la razón ética ampara sus intereses.

P ¿Cree que es un mundo utópico el país gobernado por el pueblo? ¿Que solo puede quedarse en una mera representación teatral?

R Un pueblo que se gobierne a si mismo sería la democracia. Claro que es posible.

P ¿Qué aspira despertar en el espectador que asista a «España ingobernable»?

R Aspiro a disfrutar juntos. Con todo: la cabeza, la tripa y el corazón.

P La obra es un canto a la lucha popular y su evolución, ¿pero hay hueco en su relato para la lucha feminista?

R Por supuesto. Es fundamental. La lucha por la emancipación colectiva ha de ser total, no se puede ignorar ninguna forma de opresión.

P El recorrido de su obra comienza en la Segunda República, ¿qué lugar ocupa el pueblo en la Guerra Civil o en la Transición?

R Las clases populares protagonizaron la derrota del golpe del 18 de julio. Más que el ejército o la policía. Y las milicias populares jugaron un papel esencial en la guerra contra el fascismo. La movilización antifranquista durante la dictadura fue eminentemente popular. El movimiento obrero fue el auténtico protagonista del fin de la dictadura.

P ¿Crees en una posible involución de los movimientos sociales?

R Estamos en un momento de invisibilidad de la lucha social. El procés y el uso político que se ha hecho de él ha invisibilizado todo lo demás. Las banderas, una vez más, no dejan ver. Pero el conflicto sigue ahí.

P Llegas a La Rambleta con «España ingobernable», pero también con «Autorretrato de un joven capitalista español». No es la primera vez que acudes a una ciudad para estrenar ambas obras al mismo tiempo. ¿Cuál es el motivo?

R Estoy de gira con ambas. No hay más.

P ¿De quién habla en «Autorretrato de un joven capitalista español»? ¿Es, en cierto modo, un personaje autobiográfico que refleja el miedo por la contraposición que supone luchar por la igualdad sin perder los privilegios?

R Hablo de mí para hablar de la vida en mi país. Mi biografía no es la de un luchador, ni mucho menos. Hablo con humor de intimidades, debilidades, que, en algún extraño modo, se conectan con el contexto político e histórico que me toca vivir, desde los últimos años del franquismo.

P ¿Cuál ha sido el tono elegido para representar «Autorretrato de un joven capitalista español»?

R Es como un cuentacuentos. Como «El club de la comedia», pero hablando de Franco, Felipe González o mis intimidades.

P ¿Cree en la ficción como un arma para aproximar al espectador a reflexionar sobre la realidad? ¿Piensa que esto, en cierta medida, puede asustar a un público que acude al teatro por ocio?

R Los griegos inventaron el teatro como un lugar donde ver la realidad. Hamlet define el teatro como poner un espejo delante del espectador. Y pienso que no hay nada más apasionante, divertido, terrible y emocionante como la realidad. ¿Para qué evadirse? Otra cosa es mirarla con ojos nuevos. Esa es la ambición.

P ¿Cuál es el papel de la cultura en su obra?

R Espero que estas obras formen una parte chiquitita de eso que llamamos cultura. En «España Ingobernable» se emplean textos de gigantes de la cultura, como Lorca o Gloria Fuertes.

P ¿Cuál cree que es el lugar que ocupa en nuestra realidad?

R Cultura es aprender a convivir, me parece. Más vale dar algún lugar a semejante tarea.

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