Simple Minds encabezan hoy en día a ese grupo de soñadores que vivieron con intensidad la década de los 80. Aquella época en la que los tocadiscos no paraban de hacer sonar canciones como «Alive & Kicking» o «Don't You (Forget About Me)». Títulos que siguen emocionando a una generación que acudió en tropel a ver al grupo de Glasgow al estadio del Levante UD en 1987. El próximo mes de junio tendrán la oportunidad de revivir ese concierto en el 4ever València Fest, que se celebrará en La Marina el 29 y 30 de junio. Tal y como ha asegurado el líder y vocalista de la banda, Jim Kerr (Glasgow, 1959), a Levante-EMV, el directo en València fue «mágico», y espera que se vuelva a repetir con los éxitos de la banda y con las canciones de su nuevo trabajo. Kerr asegura que siente nostalgia hasta del desayuno que tomó esta mañana, pero aún más de los 80, la «época de la creatividad» por antonomasia.
P Su último trabajo, «Walk Between Worlds», ha sido más que esperado. Llega cuatro años después de su anterior entrega, «Big Music».
R Sí, hemos tomado nuestro tiempo.
P ¿De qué manera han influido sus anteriores trabajos al sonido de este nuevo disco?
R Existe una tendencia a ver los álbumes de manera individual, diferenciando sus estilos y mensajes. Sin embargo, creo que la discografía de un grupo está conectada en su totalidad y no creo que sea algo negativo que un álbum se vea como una continuación del anterior. Lo que se oye en Walk Between Worlds es resultado de 40 años de experiencia. Eso se traduce en más de un centenar de canciones escritas y cientos de directos a lo largo de nuestra carrera. Lo que sorprende de este nuevo álbum es la vitalidad y la energía que desprende a pesar de que llevamos 40 años de giras y tocando frente al público.
P No se cansan.
R Por supuesto que no. Esto es un estilo de vida. Continuamos teniendo hambre de música y deseando ese cara a cara con el público. Le hablo de sentimientos que se resumen en una cosa: ganas de vivir. Es lo que se siente cuando uno es joven, y nosotros lo intentamos retener con música.
P Supongo que es todo un reto después de tantos años.
R Es un desafío, sí. Somos conscientes de la energía que hay que invertir para levantar un estadio. Pese a ello, lo intentamos, porque no nos queremos ir de los estadios. Walk Between Worlds refleja muy bien eso.
P Precisamente el single de este nuevo disco, «Magic», habla sobre deseo vital y hambre de juventud. ¿Diría que la canción define la esencia del álbum?
R Estamos en un momento en el que predomina lo oscuro y lo deprimente. Además, desde un punto de vista muy polarizado. En cambio, nosotros hemos querido romper con eso. Hemos lanzado un álbum que habla principalmente de sueños, magia, recuerdos de verano... Hemos escrito canciones a cerca de todo eso sin ser superficiales, sino realistas.
P ¿Siente que la gente quiere situarles en un estrato político, por ejemplo?
R La gente quiere etiquetas. Una vez me preguntaron qué pensaba de Donald Trump y por qué no me había planteado escribir algo sobre él. ¿Cómo voy a hacer algo así? No estoy nada interesado en él. Sin embargo, parece que todo el mundo está hablando de Trump. A mí lo que me interesa es escribir algo mucho más profundo que sobre el presidente de Estados Unidos. Los «Donald Trumps» van y vienen, pero la vitalidad y la tristeza siempre permanecen. Prefiero centrarme en fuerzas positivas y sustanciales. No es fácil hacerlo, solo es fácil dercirlo (ríe).
P ¿Le sorprende que la gente esté preocupada por el escenario político y social?
R Claro que no. De hecho, me sorprende que hayamos hecho un álbum tan positivo y enérgico. Por supuesto que seguimos las noticias, y por supuesto que estamos cabreados con lo que está pasando. Sin embargo, hemos intentado crear un espacio trascendental con este disco.
P Es una especie de mundo bipolar. ¿A ello hace referencia el título del disco, «Walk Between Worlds»?
R Sí, en cierto modo. Por un lado está el mundo físico, en el que hablamos de política; y por el otro, hay un lugar donde solo está aquello realmente importante y trascendental. Aunque el título no hace referencia, en realidad, a nada específico. Podría referirse a muchas cosas.
P Hace más de 30 años que tocaron en València. En concreto, lo hicieron el 17 de agosto de 1987 en el estadio de Levante UD en su gira «Alive&Kicking». Los teloneros eran los Waterboys. ¿Recuerdan aquel directo?
R Desde luego. Aquel directo fue muy especial para nosotros. La ciudad también nos marcó. Fue una noche mágica, se lo digo de verdad. Algo había en ese lugar, en el aire que respiramos todos en ese concierto... València ha estado muy presente en la vida de los Simple Minds. Fue La Meca de la música de los 80 en España. Estaba a la cabeza de todo lo que se hacía relacionado con la música y todo lo que se escuchaba, mucho más que Madrid o Barcelona. Era un hervidero de grupos y de locales donde se escuchaba lo mejor de lo que se estaba produciendo en todo el mundo. Fuimos muy afortunados por tocar allí y hacerlo al aire libre con tantos fans.
P ¿Tuvieron oportunidad de visitar la ciudad?
R ¡Claro! La visitamos antes y después de aquel concierto. Qué le voy a decir... Éramos chicos jóvenes con ganas de descubrir cosas. Fueron días inolvidables. Fuimos a la playa, visitamos el casco histórico, salimos por la noche... Incluso hemos vuelto a la ciudad mucho después como turistas (ríe).
P ¿Cómo ha visto la ciudad las veces que ha regresado?
R València ha cambiado por completo. Tiene edificios increibles, como la Ciutat de les Arts. La arquitectura ha transformado la ciudad en tan solo 40 años. Nos hemos alegrado al verla tan bonita. Sin embargo, lo primero que pienso cuando leo «València» es: Ciudad de música.
P ¿Cree que existe un resurgimiento de los 80 en la música?
R Los 80 se acabaron. Lo que está de moda el resurgir del pasado. Te diría que «sí» y que «no» a la pregunta. Los 80 fueron una década de creatividad increíble y me parece normal que se quiera recuperar ese espíritu. Pero en realidad, me siento nostálgico con todas las épocas. También me encantaron los 60 y 70. Sin embargo, le puedo decir que no me gustaron nada los 90. La nostalgia es algo relativo. Me siento incluso nostálgico del desayuno que tomé este mañana.
P A diferencia de muchas bandas de la época, Simple Minds nunca se ha separado. ¿A qué lo achaca?
R A muchas cosas, y entre ellas está la suerte. La tuvimos al conocernos cuando éramos jóvenes y decidimos hacer música. Si no hubiera conocido a Charlie Burchill o a Brian McGee en Glasgow probablemente hubiera estado conduciendo un taxi esta misma noche. El éxito no solo depende del talento, sino a lo que estás dispuesto a sacrificar. No todo el mundo está dispuesto a ello y nadie te lo enseña en ningún sitio. Ademas de todo ello, los Simple Minds estamos rodeados de un gran equipo y de muy buenos fans.
P ¿Escucha grupos actuales?
R Me he pasado años sin oír nada que me interese. En realidad, oyes cosas buenas, pero hay una gran diferencia entre lo bueno y lo fantástico. Yo solo quiero aquello que suene fantástico.
P La industria discográfica ha cambiado radicalmente desde que comenzó a hacer música.
R Sí, la gente ya no consume música de la misma manera. De hecho, ya casi no hay tiendas de discos. Todo ha cambiado, excepto el objetivo de la música: emocionar. Eso es fundamental y no ha cambiado en absoluto.
P Y para ello es importante el directo.
R Claro. Todo el mundo puede escribir grandes canciones, pero para estar frente al público tienes que hacer algo más. Debes hacerles felices. Es un honor poder seguir haciéndolo con Simple Minds.
