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Azahares son flores

Obras de Mozart, Magrané, Onslow y Turina | Sociedad Filarmónica de Valencia | Palau de la Música

Azahares son flores

Intérpretes: Ensemble Azahar (Frederic Sánchez flauta; Alba Carmona, oboe; Miquel Ramo, Clarinete; Antonio Lagares y Maria José García, oboe)

Sobresaliente actuación de este joven grupo de viento, de sonido tan polícromo como su florido nombre. Llevan ya casi 8 años de largo recorrido ganando concursos y representando a España en festivales y salas de Suiza, Alemania. Canadá, Austria y, por supuesto, en nuestro país.

El género debe su desarrollo al checo Reicha y al alemán Danzi a principios del XIX, pero son grandes músicos del siglo XX y XXI los que dedican su talento a confirmar la validez de esta formación. Desde Nielsen y Barber hasta Sukarian y Piazzola, pasando por Robert Gehrard y Elliot Carter, los ejemplos llegan a docenas. Pero los chicos del Azahar solo propusieron lo contemporáneo con «Un Tapis» (2015) del catalán Joan Magrané Figuera (Reus, 1988), quien con seguridad guardará en su catálogo obras de mayor entidad y agradable audición. Su «Tapis», a pesar de la impecable interpretación de los músicos, no acabó de tejerse con el colorido y variedad de hebras anunciados.

La sesión se inició con un arreglo de un Allegro y Andante KV 608, de Mozart, donde quedó patente la calidad individual del clarinete de Miquel Ramon (Barcelona,1989); de la flauta de Frederic Sánchez (Barcelona, 1986); del oboe de Alba Carmona (Francia, 1986); de la trompa de Antonio Lagares (Betanzos, 1986) y del fagot de Mª José García (Albatera, 1986), todos sobrados en el oficio, cuidando el sonido con el fin de obtener la mejor calidad tímbrica y evitar la peligrosa monotonía de los vientos. Mucho más cómodos se encontraron con el Quinteto en fa mayor Op. 81, único ejemplo del prolífico George Onslow, galo de origen inglés, ya escuchado en la SFV. La obra, de deslumbrante escritura, brilló en sus 4 movimientos y los azahares brotaron con su mejor intensidad.

Los arreglos de las obras de Joaquín Turina (obra de nieto José Luis), no resisten la comparación con el original. Sus Mujeres españolas nº 2, difícilmente se sostienen divorciadas del teclado por perder matices, aroma y embrujo, lo cual se evidenció más y mejor en las Danzas Gitanas. Pero, de repente, llegó el momento de oro con el regalo de A Chloris. Sonó Reynaldo Hahn y se esfumó Fellini.

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