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Medio siglo de pasión

Camino, 'señor del toreo'

El histórico diestro sevillano fue declarado triunfador absoluto de la Feria de Fallas de 1968

Camino, 'señor del toreo'

La Feria de Fallas de hace 50 años, al que se ha dedicado esta feria josefina, reunió a la flor y nata del escalafón superior. Las figuras asumieron el peso del serial con hasta dos tardes, un hecho revelador que echamos de menos en la actualidad.

Paco Camino, en su última visita a la capital valenciana, manifestó a Levante-EMV que «la plaza de toros de València es mi segunda patria. Vengo mucho a su ciudad y me encanta pasear por sus calles», afirmó el torero que un 17 de abril de 1960 tomó la alternativa en el coso Monleón de manos de Jaime Ostos y en presencia de Mondeño con toros de Urquijo. «Recuerdo un mano a mano con Antonio Ordóñez en València a los pocos años de doctorarme y otro con Diego Puerta más tarde. Admiraba mucho a los dos e incluso era muy amigo de Puerta pero en el patio de cuadrillas ni en el ruedo nos mirábamos. No entiendo el excesivo compañerismo que hay actualmente entre los toreros. Yo siempre he querido ser el mejor y para intentar lograrlo hay que tener la ambición de arrollar a todo lo que se ponga por medio, incluso a los otros toreros», aclaró.

El Niño Sabio de Camas fue el nombre propio de la Feria de Fallas de hace medio siglo y se alzó como triunfador absoluto. Actuó el 15 de marzo junto a Paquirri y Miguel Márquez y el día 18 junto a Antonio Ordóñez y Mondeño. Su primera tarde salió por la puerta grande con tres orejas y un rabo frete a toros de Álvaro Domecq. Recorte, crítico de este periódico, escribió en la crónica que «fue una corrida magnífica en la que el toro andaluz se amalgamó con el arte deslumbrante, ungido con las más exquisitas esencias toreras de un mozo sevillano a quien bauticé, a raíz de su gran triunfo en una corrida de la pasada Feria de Julio, como Príncipe del Toreo. Por esa tarde inolvidable, los aficionados debemos mucho a don Álvaro Domecq y a Paco Camino». Sobre la triunfal actuación de Camino, el crítico continúa diciendo que «los espectadores que había en la plaza enloquecieron deslumbrados ante tanta belleza. Puestos en pie aclamaban al ídolo. Habría que escribir mucho e inventar nuevos adjetivos para describir como se merece lo que Paco Camino, señor del toreo, hizo con aquellos toros». En su segunda tarde, el maestro sevillano cortó dos orejas y un rabo del hierro de Pío Tabernero Vilvis. Recorte contó de ese festejo que «está Camino en su mejor momento y dispuesto a no dejarse ganar la pelea por nadie».

Antonio Ordóñez, que cortó tres orejas de un encierro de Urquijo; César Girón, Migulín o Palomo Linares también actuaron en el ciclo josefino de 1968. La historia de la Feria de Fallas nutre el presente taurino de València.

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