Llevo tu luz y tu olor por dondequiera que vaya. Los versos que Joan Manuel Serrat universalizó en «Mediterráneo» son arte en Rambleta. No se trata de una exposición más, la colectiva ideada por el «politeatro» es la más interesante de artistas valencianos sobre nuestra mar de los últimos años.

Obras de Rafael Armengol, Carmen Grau, Artur Heras, Rosa y Bleda, José Saborit, Natuka Honrubia, Carolina Maestro, Silvia Lerín, Maribel Doménech, Rosa Torres, Ángela García, Mariano Maestro, Mau Monleón, Rosa Canet y Jordi Durá. Pintores, escultores, fotógrafos y creadores que miran la rica heterogeneidad del Mare Nostrum.

Maria Teresa Beguiristain, la profesora y crítica de arte, ha planeado la exposición para el VI aniversario de Rambleta, que lleva la multiculturalidad del Mediterráneo como enseña. «Nada permanece mucho tiempo igual en las orillas del Mediterráneo», sostiene Beguiristain. Una mar que acoge una cultura milenaria siempre dispuesta a adaptarse. Por eso los artistas -«que más que nadie saben quienes han sido sus maestros», recuerda-, homenajean a los antiguos, como Armengol con el «Suplici de Dirsé».

La comisaria mantiene que cuando la pintura se libera de la figura vuelve su mirada a la geometría. Y eso se ve en la obra de Carolina Maestro y Silvia Lerín. La figuración abstraída de Rosa Torres resume los paisajes de la huerta mediterránea, base de la cocina saludable.

Ese bienestar de la vida a orillas de un mar templado entre tierras cálidas, «ambiente propicio para la imaginación, la sonrisa y la crítica irónica y el sentido del humor escatológico» están reflejados en la pequeña pieza de Natuka Honrubia. El mismo sosiego que transmite el taller «tejer caminos de resistencia» que realiza Maribel Doménech con sus mujeres saharauis.

Mar variable

La actualidad de la muralla de agua levantada entres las dos orillas se refleja en el «Retablo del Mediterráneo» de Carmen Grau. Una tumba marina pese al «Aviso para navegantes» de Artur Heras. Y como todos los paisajes pueden ser traicioneros, la muestra propone la «Escalera de Jacob» de José Saborit para evitar las marejadas.

«Mesogelos Thalasa» es «Mar entre tierras» en heleno, un título que relata la dependencia marina de las personas tocadas por su brisa («Que han vertido en ti cien pueblos de Algeciras a Estambul»). Entropía que desprende el «Morimos para nacer. Nacemos para morir» de Rosa Canet, o el video de Mau Monleón «Empleadas del cariño» sobre las venidas del Atlántico en busca del mito del otro lado. O las ruinas de un pasado supuestamente glorioso, como los «Campos de Batalla» de Rosa y Bleda. Así como la urbanidad y el mercado, con tendencia al basurero como lo muestra Jordi Durá con sus «objects trouvés».

La exposición, que se inaugura el sábado al mediodía, evidencia el alma de Rambleta, un contendor cultural inquieto y abierto al talento diverso. «A tus atardeceres rojos se acostumbraron mis ojos...».