Fele Martínez (Alicante, 1975) es Marcos, uno de los protagonistas de El club de los buenos infieles. La película cuenta la historia de cuatro amigos de la infancia que se reencuentran en una cena y reconocen la monotonía en la que se ven inmersos sus respectivos matrimonios. Dispuestos a dar un nuevo estímulo a sus vidas, deciden fundar un club de infieles con consecuencias absolutamente desastrosas. Hovik Keuchkerian, Jordi Vilches y Adrián Lastra, entre otros, acompañan a Martínez en la propuesta, primera obra de Lluís Segura tras la cámara. La cinta llegará a la gran pantalla el próximo jueves.
P ¿Puede ser uno bueno e infiel al mismo tiempo?
R Uno puede ser lo que quiera. Una cosa no quita la otra. Uno puede ser un bicho y totalmente fiel, somos todos tan diferentes...
P ¿Podría formar Fele Martínez parte de un club como ese?
R No y la verdad es que si existiera me gustaría asistir a una de las cenas, pero como mero observador para ver el grado de patetismo al que puede llegar el ser humano.
P ¿A quién o qué le sería infiel?
R Depende de muchas cosas. Se puede ser infiel a cualquier cosa o a nada. A tu champú, a tu desodorantes, al frutero... O a tu mujer.
P ¿Qué mensaje le gustaría que se llevara el espectador a casa después de ver la película?
R Me gustaría que se llevaran una hora y media larga de reír y disfrutar, que se vayan a tomar unas cervezas y sigan comentando la película. No busca dar ningún tipo de lecciones, lo que pretende es entretener. El premio es que la gente se lo pase bien.
P ¿Es de esos que asegura que hacer reír es más difícil que hacer llorar?
R La comedia es muy seria y es una buena herramienta para decirte cosas muy serias; cuando las cosas vienen envueltas en un halo muy intenso las tragedias se pasan peor. Esta comedia habla del patetismo del ser humano que, en vez de resolver los problemas de una forma adulta, se intenta ir a lo fácil cuando al final se les complica más la vida.
P ¿El público se ha reconciliado con el cine español?
R Sí, se ha reconciliado y el espectador español consume cada vez más su cine. Aunque hay de todo. Creo que debería muchos tipos de película. Estoy de acuerdo con lo que dijo hace poco Daniel Calpasoro y es que están consiguiendo que se acabe con la clase media del cine: se hacen películas de mucho o bajo presupuesto, no las hay de medio.
P Ha hecho cine, televisión y teatro. ¿Dónde se siente más cómodo?
R Me siento muy a gusto interpretando un personaje, pero si tuviera que destacar algo diría el teatro, por lo inmediato. Es algo que empieza y termina en un día y cada función es diferente. Notas al público, que vibra contigo ahí y es una sensación difícilmente comparable.
P ¿Le molesta a un actor que todavía le recuerden por papeles de hace décadas, como en su caso «Tesis»?
R No, yo a Tesis se lo agradezco todo. ¡Así que estoy encantado!
P Más allá del mundo de la interpretación, ¿a quién le daría un Goya?
R A más de un político, porque hacen interpretaciones maravillosas. Es complicado decir un nombre porque el nivel está como muy parejo.
P Cómo valenciano, ¿cómo vive la reapertura de la tele autonómica?
R Espero muchas cosas y muy buenas, que se aprenda de los errores pasados.
