Tres trabajadores de las empresas proveedoras del IVAM en materia de transportes durante el mandato de Consuelo Císcar (2004-2014) -Sakvitur, Valsatrans y Logística del Arte- admitieron ayer en su declaración como testigos en el Caso IVAM que era «normal» y «habitual» que realizaran trabajos en los diferentes domicilios de Consuelo Císcar y sus más directos familiares.

Entre estos trabajos «comunes» y «habituales» se encontraban las tareas de «colgar cuadros» o «mover esculturas», en varias de las viviendas de Císcar y Rafael Blasco tanto en València como en Alzira. Los servicios también se extendían a familiares directos de la exdirectora del IVAM. Los testigos admitieron los trabajos, pero sobre los pagos de estos servicios no pudieron aclarar cómo se abonaban, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes conocedoras de su declaración.

La exdirectora del IVAM ha justificado que pagaba estas prestaciones en metálico, aunque no existen facturas que acrediten esta versión.

Otro de los testigos que compareció ayer ante la jueza y el Fiscal Anticorrupción del Caso IVAM también admitió haber montado exposiciones del artista Rablaci (acrónimo de Rafael Blasco Císcar) en distintos países como «China, Japón, Cuba, Miami y Suramérica». Aunque este trabajador también desconocía quién y cómo se abonaban estos trabajos, porque a él sólo le encargaban realizarlos pero de las cuentas se encargaba el empresario Enrique Martínez Murillo, investigado también en esta causa. Martínez Murillo es propietario de las empresas de transporte Sakvitur, Valsatrans y Logística del Arte que ha acabado investigado en la causa por la «decisión unilateral» de los responsables del museo de «imponer a las empresas de Enrique Bienvenido Martínez Murillo para los transportes de obras de arte del IVAM» sin respetar la ley de contratos.

Otro trabajador de Logística del Arte SL también confirmó el 13 de marzo que la mercantil también realizaba trabajos «personales» para Císcar y otros miembros de la familia. Entre estos trabajos personales, el testigo recordó que se encargaban de llevar a la madre de Consuelo Císcar a la peluquería, transportar obras de arte a donde requiriera la actual vocal del Consell Valencià de Cultura (CVC). En las instalaciones de Logística del Arte en Bétera también se custodiaban numerosas obras de Rablaci. Este trabajador sí confirmó que todos estos trabajos no eran abonados por los beneficiados, aunque también admitió que se podrían abonar y que él no se enterara, aunque dudó de esta última posibilidad.

Ádemás de Martínez Murillo en el Caso IVAM también se investiga a la exdirectora del IVAM, Consuelo Ciscar; su hijo, «Rablaci»; los que fueran subdirectores de Administración y Finanzas del centro de arte, Juan Carlos Lledó; de Gestión Interna, Juan Bría; de Publicaciones, Norberto Martínez; Técnico Artística, Raquel Gutiérrez; Pilar Mundina, que ejercía como su asistenta personal en viajes; Jorge García Vallés, quien desempeñaba el cargo de técnico de acción exterior; María Ángeles Valiente, jefa de Departamento de Desarrollo en el IVAM; una extrabajadora de la SGAE en China y representante de la Shangai International Culture Association (SICA) y su marido, así como un fotógrafo, todos ellos por supuestamente utilizar recursos del museo para promocionar la carrera artística de «Rablaci», según concluyó la UDEF.