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Entrevista

Manuel Arias Maldonado: "Las bombas atómicas nos metieron en el Antropoceno"

«Nos hemos apropiado del mundo natural y lo hemos humanizado»

Manuel Arias Maldonado: "Las bombas atómicas nos metieron en el Antropoceno"

Defensor de las tesis que sitúan este nuevo periodo geológico en el momento que se expandieron por nuestro planeta los isótopos radioactivos de las bombas atómicas, Arias Maldonado se pregunta en Antropoceno (Taurus) si es moral y razonable sacrificar a 56.000 millones de animales cada año y aboga por conservar la naturaleza para garantizar nuestra supervivencia y evitar un final catastrófico.

Entramos en el Antropoceno, pero hay destacados geólogos que no están de acuerdo porque en ese caso el Holoceno habría tenido solo 11.700 años de vida y las épocas geológicas suelen durar decenas de millones de años. ¿En qué quedamos?

La propuesta de hablar del Antropoceno está a la espera de ser evaluada por la Comisión Estratigráfica Internacional. Los que defienden la acuñación de esta nueva era están acumulando pruebas. Ha habido una transformación humana del medio ambiente tan descomunal que podemos hablar de un cambio cualitativo y me atrevería a decir que sí, que hemos entrado en el Antropoceno.

Pero carecemos de registros fósiles para llegar a una conclusión tan drástica.

Eso es así. La hipótesis que gana terreno es la de los isótopos radioactivos asociados a las bombas atómicas de mitad del siglo XX que esparcieron elementos radioactivos a lo largo y ancho del planeta.

Hay quien sitúa ese cambio en la industrialización e incluso en la apertura del metro de Londres en 1863.

Esos son registros más dudosos. El comienzo geológico es una cosa y otra, cuándo hay un cambio cualitativo de nuestra relación con el medio ambiente. Los efectos en la naturaleza de esos isótopos radioactivos que alcanzaron la estratosfera antes de asentarse en la Tierra ya se han manifestado.

Si no lo entiendo mal, el Holoceno facilitó la vida a los seres humanos y hoy los ecologistas denuncian que nos hemos cargado la naturaleza como respuesta.

Lo que denuncian los ecologistas es la destrucción del mundo natural. El Holoceno ha sido un periodo interglaciar que nos debería de llevar a otra glaciación que el cambio climático parece que está retrasando. El Holoceno no ha sido en absoluto una época pacífica, pues el 90 por ciento de sus especies han desaparecido.

Estamos en lo que llaman la Era del Hombre.

Prefiero hablar de Era Humana, cuya colonización ya ha producido un efecto sobre el medio ambiente. Nos hemos apropiado del mundo natural y lo hemos humanizado. Hay una transformación que sirve a nuestras necesidades y otra es ese desarrollo incierto que nos lleva al cambio climático y que evoca procesos planetarios fuera de nuestro control.

Al colonizar la naturaleza, ¿la hemos desnaturalizado?

Sí, porque hemos generado híbridos socio-naturales al domesticar a las especies animales y modificado hábitats y ecosistemas.

Hábleme de las consecuencias de las alteraciones que estamos introduciendo en la biodiversidad.

Se ha producido una clara reducción de la biodiversidad. Han desaparecido hábitats que permitían la supervivencia de especies que no nos eran útiles. Por otra parte hemos inducido el mantenimiento de aquellas especies que sirven a nuestros fines y que se adaptan al entorno humano con facilidad.

Solo un cuarto de la superficie terrestre, océanos incluidos, permanece intacta por el hombre, la única especie capaz de crear su propio ecosistema. ¿Eso es necesariamente malo?

No es malo si uno no tiene aprecio moral y estético por esos paisajes alterados o destruidos. Hay muchas alertas sobre el futuro del planeta porque propiciamos procesos preocupantes, pero afirmar que estamos en una fase de insostenibilidad radical que pone en riesgo nuestra supervivencia me parece exagerado.

¿Tenemos que arrepentirnos de haber humanizado la naturaleza?

Esa humanización era inevitable. Nuestra capacidad de transformar el entorno es total pero deberíamos sentir cierto grado de compasión por todo el daño que hemos generado. Lo importante es que tomemos conciencia reflexivamente de estas alteraciones que pueden amenazar nuestra supervivencia.

Jonathan Safran-Foer ataca a la industria cárnica en su best-seller "Comer animales". ¿Es ese el camino que debemos seguir para ejercer un dominio más refinado de la naturaleza?

Es uno de los caminos. La industria cárnica es además una de las principales responsables de los gases de efecto invernadero. Habría que preguntarse si es moral, sostenible y razonable sacrificar cada año 56.000 millones de animales para alimentarnos. Y deberíamos preocuparnos por el mal estilo de vida que damos a esos animales que comemos.

Si la biosfera antropogénica nos ha proporcionado el mejor nivel de vida jamás logrado, según Erle Ellis, ¿qué tenemos que hacer para seguir aumentando el bienestar de la humanidad sin dañar a la naturaleza?

Tenemos que corregir nuestros excesos, poner fin al capitalismo fósil y desarrollar tecnologías menos invasivas sobre nuestro entorno. Hace falta un debate político-moral para definir una nueva relación con la naturaleza.

¿Qué riesgos hay de desestabilización del sistema terrestre?

Muchos, porque estamos adentrándonos en un nuevo régimen climático cuyos rasgos aún no conocemos.

¿Podemos aspirar a modificar el cambio climático con soluciones de ingeniería?

No bastaría porque habría que impulsar políticas de captación de CO2 y tratar de gestionar la radiación solar que es barata y benigna.

Alude usted en su libro a algunas propuestas de rediseño de los seres humanos para que sean amigables con la naturaleza. ¿Es ciencia ficción?

Sí, hay quien propone modificaciones genéticas para que nuestros ojos puedan ver en la oscuridad o incluso empequeñecernos para dejar una menor huella ecológica. Son respuestas un tanto excéntricas para resolver el problema.

¿Qué hacer, en definitiva, para seguir disfrutando de forma amigable de la naturaleza?

Conservarla. El ser humano no destruye la naturaleza intencionadamente sino para asegurarse su supervivencia. Tenemos que ser más conscientes de que somos criaturas terrenales que dependemos de nuestro planeta.

El Antropoceno, en fin, puede llevarnos a un final apocalíptico, según usted. ¿Lo cree realmente así?

Es cierto que el Antropoceno introduce el punto de vista apocalíptico e invita a contemplar el estado actual de las relaciones socio-naturales. Pero el Antropoceno también puede considerarse el inicio de un nuevo periodo que evite ese final catastrófico.

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