San Isidro de Benagéber es uno de esos curiosos pueblos «de pantano», creados de forma artificial para acoger a los habitantes de los municipios inundados pero diseñados con evidente aire de lugar antiguo. Nuevo pero viejo, como el plató de una producción de época. Y, efectivamente, durante estos días San Isidro (pedanía de Moncada), con sus casas blancas, su iglesia blanca, su farmacia y su escuela blanca, y una masía antigua con incontables habitaciones y un jardín como decimonónico, es un plató. Pero no de una película ambientada en otro siglo sino de una serie televisiva pegada al momento actual: «Açò és un destarifo», humor con el innegable sello de Albena Produccions (en colaboración con Nakamura Films) que posiblemente será la primera serie de ficción de la que dispondrá para emitir la televisión pública valenciana À Punt.

«Una de las novedades respecto a otras producciones nuestras, a parte de que no es monocámara y plano fijo, es que queríamos rodarlo en espacios naturales -explica Carles Alberola, guionista y productor ejecutivo junto a Jordi Llorca, Toni Benavent y Joan Carles Dauder-. Conocíamos la existencia de la casa Moroder porque hemos rodado aquí otras cosas, y nos daba la posibilidad de convertirla en plató y disponer de muchos sets para poder trabajar. Y además tenemos San Isidro de Benagéber, que también nos permite disponer de varios espacios».

«En San Isidro hemos encontrado un microcosmos donde podíamos tener muy cerca mucha variedad de espacios -añade el director Andrés I. Gimeno-. Un consultorio médico, biblioteca, la masía donde hemos recreado una casa particular, las calles... Hasta hemos podido filmar una partida de pilota».

La serie la protagonizan 16 actores y actrices cuyo rostro en la mayoría de los casos remite a muchas producciones de la extinta Canal 9: Alfred Picó, Isabel Requena, Juli Cantó, Cristina Garcia, Josep Manel Casany, Ramón Ródenas, Inma Sancho, Nuria Herrero, Bruno Tamarit, Ferran Gadea, Rebeca Valls, Vanessa Cano, Verònica Andrés, Laura Pellicer, Manuel Maestro y Carles Sanjaime. El coordinador del guión es el propio Alberola y los realizadores son Jaume Bayarri y Iñaki Antuñano. Cada uno de los 13 capitulos durará 50 minutos.

«´Açò és un destarifo´ es un programa de humor que irá en prime time, de sketchs, atomizado, con muchas historias dentro, con la intención de reírnos de nosotros, del carácter de los valencianos, de su forma de ver la vida, de traducirla, de sorprenderse, de mostrar las contradicciones en ámbitos personales, sociales, culturales, políticos€», explica Alberola.

Aunque pueda recordar a otras producciones de Albena para la televisión, el productor asegura que el humor de «Açò és un destarifo» no es el de «Autoindefinits» o «Socarrats». «Está más conectado a una realidad y hemos intentado entrar en todo lo que hemos creído conveniente y lo hemos hecho con el respaldo de la cadena, que no ha puesto ningún requerimiento sobre lo que se puede o no se puede decir. El abanico es más amplio de lo que era».

Aunque la familia que protagoniza la trama central responde a los apellidos de Fuster y Fabra, como queriendo unir -o enfrentar- dos maneras de reflejar a los valencianos, Alberola reconoce que esta primera comedia para la nueva televisión pública no busca cubrir el espacio de la parodia política pegada a la realidad que, por ejemplo, en TV3 ocupa «Polonia». «Este no es un programa vinculado a la realidad porque se escribe meses antes y tienes que hablar de cosas más genéricas», subraya. ¿Se imagina Alberola en À Punt una parodia de Ximo Puig, Mónica Oltra o Isabel Bonig? «Claro que podría pasar y sería un ejercicio de aceptación de la normalidad -contesta-. En las fallas vemos personajes públicos representados de una forma satírica y nadie se rasga las vestiduras».

A este respecto, Ernest Sorrentino, subdirector de producción de À Punt, que ayer se encontraba en el rodaje en San Isidro, también considera que un programa «estilo Polonia» cabe en la tele pública, «todo puede ser». «´Açò és un destarifo -añadía Sorrentino- es una serie de humor familiar, pero tienen chistes y sketchs con su punto ácido social y político. Pero no es un programa de parodia, porque el formato no lo permite».

«Albena tiene garantía de humor, de trabajar bien y de buena factura. Es una apuesta más o menos segura y tranquila para nosotros», subrayaba ayer Sorrentino, aunque también reconocía que tras cuatro años sin una tele pública que en su etapa anterior tampoco presentaba grandes índices de audiencia, adivinar la acogida que tendrán productos como éste es complicado. «Supongo que costará que la gente entre y nos dé la confianza, nosotros haremos lo posible para que si nos dan la confianza estén orgullosos. Vamos a trabajar para que la puedan ver todos y se sientan identificados».

«Y en estos años las televisiones se han resentido porque el consumo televisivo ha cambiado mucho -añade Alberola-. La gente joven consume ficción pero a través de ordenadores, plataformas, etcétera. Es una televisión hecha a la carta que nosotros hemos tenido en cuenta, ya que también generaremos una web donde estarán los programas».

El rodaje de «Açò és un destarifo» continuará la próxima semana en San Isidro, y después pasará a unos estudios de Paterna para las escenas que requieren un plató cerrado. «Nuestro objetivo es que a mediados de mayo estén compactados los primeros programas para poderse emitir. Era nuestro compromiso con À Punt y se cumplirá», concluye Alberola.