El maestro italiano Fabio Biondi (Palermo, 1961), quien hace tres días presentara su dimisión como director musical de Les Arts, de València, no pierde comba musical y durante el pasado fin de semana se desplazó a Stuttgart, sexta capital germana. El motivo ha sido su próxima actuación el jueves 19, en el Centro de Congresos y Cultura de esa ciudad, en cuya Mozart Saal el maestro siciliano dirigirá la Serenata Clori, Dorino e Amore, de Alessandro Scarlatti, con la Orquesta de Cámara de Stuttgart y las voces de las sopranos Francesca Lomardi y Sunhae Im y la mezzo Marianne Beate. No será la primera vez que Biondi actúe en esa ciudad alemana donde ya dirigió en abril de 2017, en la Stiftskirche de esa capital, y en octubre en la Mozart Saal.
Biondi está aún (¿?) programado para los próximos 24 y 28 de junio en Les Arts para poner en pie la versión concierto de La clemenza di Tito, de Mozart, donde entre otras voces intervendrán las sopranos Eva Mei y Karen Gardeazabal. Antes dirigirá el Ensemble de Chambre de Paris, en un especial Vivaldi que incluirá su Dixit Domine y dos conciertos para cuerdas, siendo primer violín solista el propio Biondi. Todo ello nada menos que en la Catedral de Notre-Dame.
En València, su aparición más reciente fue hace pocos días en el foso de Les Arts para defender la indigesta partitura de Il Corsaro, de Verdi, un estilo muy alejado del que ha sido su caballo de batalla en los últimos lustros a base de Bach, Vivaldi, Corelli y Haendel.
Se abre, pues, una nueva etapa tanto para el maestro como para el propio teatro, un escenario en cuyos pasadizos subterráneos han desaparecido intendentes, cantantes, batutas, músicos, escenógrafos e tutti quanti.
Hay algo que debe modificarse en los planteamientos artísticos de ese teatro lo cual debe pasar porque los responsables político-culturales nombren a directores musicales y artísticos con sentido común y visión de largo plazo en donde presente y futuro deban conjugarse con seriedad de criterio y respeto al repertorio y al respetable.
De lo contrario, acabaremos con paellas en los jardines del Turia y para rematar, un horchata-concert.
