El festival escénico de otoño se propagará más allá de los muros de Russafa para llegar a centros de arte, salas institucionales y vías públicas de toda la ciudad. Por primera vez, Russafa Escènica saldrá del barrio que le vio nacer para presentar propuestas con nuevos «lenguajes escénicos» al gran público, del 20 de septiembre al 7 de octubre. «Ha sido muy fácil hablar con las instituciones. Nuestra intención sigue siendo ayudar y fomentar el trabajo de las compañías valencianas. Esto es un sueño», comentó el director artístico del certamen, Jerónimo Cornelles, ayer, durante la presentación del festival en La Mutant.

Russafa Escènica se desdobla este año en dos programaciones. Una dedicada al sector escénico valenciano (Russafa In, del 20 al 30 de septiembre) y otra con piezas innovadoras, tanto nacionales como internacionales (Russafa Out, del 1 al 7 de octubre). «Hace dos años que soñamos hacer este salto», señaló Cornelles, que además detalló que el equipo de trabajo tenía en mente ocupar el espacio que dejó el festival Valencia Escena Oberta (VEO), que contaba con propuestas innovadoras. «El objetivo es acoger piezas que tal vez otros no se atrevan a programar por ser demasiado arriesgadas en los tiempos que corren», añadió el director del certamen. El festival contará con precios populares (de 2 a 8 euros cada función) y por primera vez contará con el apoyo de un gran número de instituciones y espacios escénicos, como el Centre del Carme, Teatro Rialto, La Nau, Teatro Escalante, MuVIM, Espacio Inestable, Rambleta, La Mutant y Teatre Auditori de Catarroja. Éstos acogerán el Russafa Out.

«Hemos abandonado la competición por la colaboración. La cultura en València ha dejado de ser institucional para estar al servicio de los ciudadanos», aseguró el director del Consorci de Museus, José Luis Pérez Pont. A su valoración se adscribieron todos los representantes que asistieron a la presentación ante los medios, como la concejala de Acción Cultural, María Oliver; Ana Bonmatí, directora de Gestión Cultural del Vicerrectorado de Cultura de la Universidad de Valencia; Marc Borrás, jefe de producción y difusión del MuVIM; Mª Ángeles Fayos, gestora del Auditorio de Catarroja; Roberto García, director adjunto de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura; Jacobo Pallarés, codirector del Espacio Inestable; y Josep Policarpo, director de Teatro Escalante.

140.000 euros de partida

Russafa Escènica vendió más de 7.500 entradas el año pasado, una cifra que casi va a duplicarse este año. En términos de presupuesto, el festival ha crecido su dotación en un 30 %, hasta llegar a los 140.000 euros, según los organizadores, convirtiéndose en uno de los festivales escénicos más destacados junto a Tercera Setmana, Dansa València o 10 sentidos. Si bien, los organizadores expresaron su deseo de «autogestionarse» para «no rendir cuentas».

En cuanto a la programación, Russafa Out se dividirá en «Parques» en los que se presentarán en salas y calles de la ciudad seis propuestas «atrevidas» de compañías de fuera de València: «Dios tiene vagina - Díptico por la identidad», de la compañía andaluza Vértebro; el espectáculo para niños «Había una vez unos libros que bailaban», de la compañía catalana dirigida por Pere Faura; «Anarchy» de la también catalana Societat Doctor Alonso; «Proyecto casas», de Xesca Salvà, desde las islas Baleares, o desde Holanda el montaje «Luna» de Naiara Mendioroz y Javier Murugarrem.

Por su parte, en la categoría «Jardín Escénico», el festival llevará unas micropropuestas escénicas de 5 a 10 minutos de duración representadas en bucle en el Centre del Carmen. Por su parte, en Russafa In coexisten «Bosques», propuestas escénicas cerradas y acabadas de una duración de 60 minutos, «Viveros», trabajos escénicos de investigación de entre 20 y 30 minutos y el «Invernadero», un taller dirigido a alumnos de interpretación y este año también a los de danza.