Xavier Dphrepaulezz fue un hombre sin suerte. En 1995 publicó «The X Factor», un buen disco con poca repercusión y perdido entre batallas de sellos discográficos. En 2000 sufrió un terrible accidente de tráfico y pasó cuatro meses en coma. Al despertar descubrió que sus manos habían quedado casi inútiles para tocar la guitarra. Todo parecía perdido, tanto que Xavier decidió dejar la música, cambiar Los Ángeles por Oakland, buscar un trabajo normal y formar un hogar.

Fue precisamente el nacimiento de su primer hijo lo que removió algo en la cabeza de Dphrepaulezz y le llevó a subirse de nuevo a un escenario. Sus manos habían recuperado la antigua habilidad para tocar la guitarra, adoptó el nombre artístico de Fantastic Negrito y comenzó a trabajar como artista independiente. Ganó un concurso de talentos de una emisora local y en 2016 volvió a un estudio para grabar «The Last Days of Oakland», el disco con el que obtuvo el Grammy al mejor álbum de blues contemporáneo. Esta noche, a partir de las 22.00 horas Xavier Dphrepaulezz/Fantastic Negrito, tocará sus canciones en la Rambleta.

«The Last Day of Oakland» es un homenaje amargo, inventivo y apasionado a la ciudad a la que la familia de Dphrepaulezz se trasladó desde Massachussets cuando él tenía 12 años. Hijo de un padre inmigrante somalí-caribeño y de una madre del sur de los EE UU, Xavier se crió con sus 14 hermanos en una casa musulmana ortodoxa. De adolescente aprendió a tocar varios instrumentos y comenzó a escribir canciones, desarrollando un híbrido de funky y soul, de R&B y rock que bebía tanto de los clásicos del blues como Leadbelly, como de los héroes del mestizaje que afianzó el rock en los 60 como Jimi Hendrix o Sly Stone.

Entre los que en el siglo XXI aún conciben el blues como algo virginal y los revivalistas obsesionados en transformarlo, Fantastic Negrito toma un tercer camino que mantiene el respeto por la tradición pero que también recuerda a Led Zeppelin, Jack White o los Black Keys, pero en mucho más funky.

Según lo definió Classic Rock Magazine, «un talento que brilla con luz cegadora en la oscuridad post-Prince».