Está en forma. Pedro Ruiz fue la voz de la Liga del Valencia en 1971 en Sarrià, en la última jornada. Confiesa que aquella noche, 18 de abril, Domingo de Pascua, tras el partido se fue al Hotel Manila, donde estaba el Valencia y terminó celebrando el alirón con Alfredo di Stéfano con un sandwich.

Casi cincuenta años después, Pedro Ruiz inicia su nuevo espectáculo en València, desde hoy y hasta el domingo en el Ateneo Mercantil. «Es un punto de inflexión, cuento cosas de mi vida, con anécdotas verdaderas de Fernán-Gómez, Felipe González, Estefanía de Mónaco o Raphael. Canto canciones divertidas y en serio, y al final, permito que el público me pregunte lo que quiera». Así define su «Pedro Ruiz. Confidencial».

Pero aún hay más. «Describo en un gráfico como está el sistema». Según él, «hay algunos que están arriba, que no se les ve en ninguna foto. Otros que se llaman políticos que van a comisión, otros que se forran por debajo de los políticos y a bajo de todo, el rebaño».

Pedro Ruiz en estado puro. Sin duda, se considera un outsider. «Me considero un hombre libre, con mis errores», explica. Por eso también cuenta algún fracaso suyo en el espectáculo, «con una pantalla de televisión que lo va certificando». «Nunca he hecho monólogos, hago ´todólogos´».

Cuando se le pregunta por Cataluña, donde nació, contesta que enviaría a los políticos a «Somalia a caminar 40 kilómetros todos los días para coger agua». No ha encendido nunca un ordenador y su móvil es antiguo. «No quiero ser un esclavo digital».

El estreno de «Confidencial» es el miércoles que viene en Madrid, en conmemoración de su debut hace 40 años en el Teatro Figaro, pero las funciones previas empiezan hoy en València.