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"Aquí vemos de dónde venimos y hacia dónde vamos"

Más de 3.000 personas visitan CaixaForum en su primera jornada, con la "Nube", el jardín vertical y la exposición sobre Egipto como principales atractivos

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Ambiente el primer día de Caixa Forum Miguel Angel Montesinos

Primer día de CaixaForum València abierto al público. No hay demasiadas aglomeraciones. El hecho de que las entradas para las exposiciones se tuvieran que reservar por internet y que se agotaran hace ya dos semanas ha permitido que, excepto en las primeras horas, no hubiese colas de acceso ni agobios en el interior. La "Nube", el jardín vertical del restaurante y la exposición con piezas del Antiguo Egipto han sido, según los guías, los principales atractivos para el público del nuevo espacio cultural.

Al final de su primera jornada, y según fuentes de la Fundación la Caixa, habrán pasado por CaixaForum más de 3.000 personas, a las que hay que añadir un buen puñado de despistados que se acercan a la taquilla en busca de entradas para visitar la exposición "Faraón. Rey de Egipto" (sobre todo) u "Horizonte y límite. Visiones del paisaje". “Lo siento, las reservas están agotadas hasta el día 30, pero pueden adquirir las entradas a partir del 1 de julio”, responden con sonrisa y amabilidad de día de estreno los empleados de CaixaForum. “La gente está bastante sorprendida, y lo que más les gusta son la Nube y el bosque vertical de restaurante”, responden con la misma amabilidad al periodista.

María y Miguel, pareja vecina de València, reservaron sus entradas hace dos semanas. Miguel ya conocía el edificio diseñado por Calatrava y en desuso durante años, pues estuvo trabajando en él durante una fiesta de Nochevieja que se celebró en su interior durante aquellos años en los que no se sabía para qué servía el Ágora. También acudió a uno de los partidos del Master de Tenis con el que abrió sus puertas circunstancialmente cuando ni siquiera tenía licencia para hacerlo. “Después de tanto tiempo cerrado, teníamos curiosidad por venir a verlo”.

Álvaro, que acaba de terminar la carrera de Historia en la Universitat de València, conversa con su madre María José y su hermano Alejandro sobre una de las figuras egipcias propiedad del British Museum que nutren la principal exposición del nuevo CaixaForum. “He venido por la exposición, pero también por el edificio porque también es historia de València. Creo que organizando exposiciones como ésta en un edificio como éste han logrado una armonía muy buena entre el pasado y el futuro. Este edificio nos muestra de dónde venimos y hacia dónde vamos”.

María juega con su hija Aitana, de cuatro años, en el espacio reservado para los niños y niñas en "Faraón". Reservó su entrada el mismo día que se ofrecieron en la web porque sabía que en este día la niña ya no tendría colegio y que era un buen sitio al que ir. También porque tenía mucha curiosidad de ver cómo se había transformado el Ágora muchos años después de haber estado allí también para ver un partido del Master de Tenis. “Todo lo que sea cultura y, sobre todo, que tenga un espacio para los chiquillos, me parece una gran idea. Es el típico sitio que se echa de menos en València”.

Jose y Mariano pasean tranquilamente con su hijo por el interior del CaixaForum, un espacio que conocen muy bien porque suya es la empresa que se ha encargado de instalar los revestimientos del edificio de administración y de la Nube. “Ha sido un trabajo muy intenso, haciendo cosas muy nuevas que a veces han sido un desafío para nosotros pero también nos hemos divertido mucho. Entramos a trabajar aquí en 2019 y ver su evolución hasta lo que se ha convertido ahora da mucha satisfacción”.

También caminaba por el interior de la ballena calatravesca Toni Cumella, el ceramista que ha diseñado el trencadís del edificio de oficinas. O, como él dice, el “neotrencadis, porque es un trencadis sin trencar. En vez de esta hecho con fragmentos de piezas de cerámica, son piezas de cerámica de distinto tamaño y colores, pero enteras”. “Para mí, creo va a ser el emblema del CaixaForum. El riesgo era interferir en un edificio como éste, pero al final lo que hemos conseguido es completar el edificio, no competir con él”.

Carmen Hernández visita con su marido la exposición sobre los paisajes. Su hijo fue el encargado de reservarle la entrada porque tenía mucha curiosidad por ver cómo era por dentro este edificio que llevaba tantos años cerrado. “Ya pensaba que no lo vería nunca así”, asegura. Le gusta pero tiene alguna queja. Por ejemplo, por el tamaño de la letra de las cartelas en las exposiciones. “Es demasiado pequeño, y si se te pone alguien delante y las tienes que leer de lejos, es imposible”.

Marc es uno de los empleados de CaixaForum que se dedica a explicar a los visitantes tanto los detalles de nuevo edificio como el contenido de las exposiciones. Asegura que en este primer día ha atendido a muchos más visitantes valencianos que turistas. “La gente está viniendo con mucha curiosidad y se lleva bastante sorpresa con esta exposición”, explica en el interior de “Paisajes”. “Al principio parece complicada y quizá no es tan atractiva como la de los Faraones, claro, pero cuando la explicas y muestras que representar un paisaje es una experiencia común a todos, las impresiones cambian”.

Pilar y Jose y Paqui y Juan son dos parejas de vecinos del barrio de Monteolivete que llevan años viendo el edificio que diseño Calatrava cerrado e inútil. Tenían tantas ganas de ver que, por fin, el Ágora servía para algo que reservaron sus entradas nada más salir estas a la venta. “Después de la fortuna que nos ha costado a los valencianos, ya era hora de que aquí hubiera algo”, proclama Jose. A las dos parejas les ha gustado mucho la exposición de los faraones y algo menos la de los paisajes. “Eso sí, quien diseño esto no sabía el calor que hacía en València”, dice Juan mientras el sol entra a plomo por los ventanales del techo. En esa parte del CaixaForum no hay climatización pero se han improvisado la colocación de cuatro ventiladores gigantes para rebajar la temperatura.

Adela, María Ángeles y Carmen estrenan el restaurante del CaixaForum. Del menú de 15 euros las tres piden de primero creman de zanahoria, mandarina y puntas de espárrago, y de segundo, arroz de sepia, habas y ajetes. La camarera les advierte de que de postre solo hay fruta natural, que es el primer día y el catering les ha fallado. “Me metí a reservar entradas el primer día porque había escuchado en la radio que venía una exposición sobre el Antiguo Egipto, así que veníamos sobre todo a eso. Pero el resto, como arquitectura, también nos ha gustado mucho, sobre todo la nube y el jardín vertical. Las expectativas se han cumplido totalmente”.

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