A. Blancas, Valencia

-El año pasado cantó en «Cyrano de Bergerac», «La bruja», «Das Rheingold» y otras más. Esta temporada su nombre aparece en varios repartos. En «Carmen» interpreta a «Frasquita».

-La verdad es que estoy en un momento muy agradable y estoy contenta. Bueno, voy a tocar madera. Esta profesión es muy dura, requiere mucho esfuerzo y tienes que sacrificar muchas cosas. Dígamos que el año pasado empecé a recoger los frutos que esperaba hace tiempo. Nunca es tarde.

-¿Se puede hablar de una generación de cantantes valencianos

-Desde hace unos años hay una generación nueva que está empezando a despuntar. Es una alegría ser valenciana y ver que hay compañeros que también están por ahí trabajando. Yo me siento orgullosa de eso. Me llena un montón.

-¿Cómo funciona «Carmen»

-Muy bien. Estamos muy contentos porque todos los días está lleno. La gente está entusiasmada y está gustando un montón.

-¿Qué tiene de particular la producción de Saura

-Cada montaje es diferente porque cada director tiene su punto de vista, se lo imagina de una forma. Por ejemplo en el caso de Carlos Saura, quiere espacios muy abiertos, todo muy sencillo. Hay gente que a lo mejor prefiere los escenarios más ostentosos, con mucha más acción. Pero cada montaje depende del director de escena, de su carácter.

-¿Saura les ha exigido mucho

-Carlos Saura es una persona muy sencilla y a la hora de hablar contigo, lo hace como si te conociera de toda la vida. Tal cual. Y le puedes preguntar cualquier cosa, incluso, darle ideas , las que se nos ocurren a los cantantes del reparto. Siempre está abierto a cualquier propuesta. No te pone problemas, al contrario, quiere hacer el trabajo muy fácil, que nosotros estemos cómodos con lo que estamos haciendo. Si hay alguna cosa que no nos va, se cambia. Con él, el trabajo es fácil y excelente.

-¿Hubo nervios en el estreno

-Pues sí. La verdad es que un estreno y un personaje que no has hecho nunca siempre te provocan un cosquilleo en el estómago. Pero para mí es bueno tener ese cosquilleo porque me mantiene despierta, te dice: adelante.

- ¿Cuáles son sus próximos compromisos

-Voy a estar en el montaje de Las bodas de Fígaro y luego iré a La Scala de Milán a trabajar en la ópera 1984 que ha escrito Lorin Maazel y que se iba a estrenar en Valencia. Como aquí no hemos hecho ningún ensayo, será allí donde empezaremos de cero. En un futuro también haré la Traviata que es mi sueño, en Nueva York. También me han llamado de Bélgica, donde quieren contar conmigo.

-¿Por qué la «Traviata»

-Es una ópera muy intensa.Violeta es una persona que está enferma, que descubre el amor por primera vez y tiene un final muy trágico. En esa ópera hay tantos momentos que son tan diferentes y tan intensos. Se viven tantas cosas que, para mí, poder interpretar ese papel es muy enriquecedor. La música es preciosa desde que empieza hasta que acaba y no tiene ni un minuto de desperdicio. Esta es la ópera de mi vida. Es una ópera completa.

-Para usted, ¿quién es la mejor

-Hay una chica que se llama Diana Damrau que es un ídolo. La oigo cantar y es una perfección de voz, de línea, de interpretación. Es que lo hace muy bien. Para mí es la mejor. Si algún día pudiera cantar como ella sería maravilloso.

-¿Está harta de hacer las maletas

-Es el trabajo. Cuantas más veces haces las maletas es mejor.

-¿Dónde le gustaría cantar

-Todo el mundo quiere ir a cantar al Metropolitan. Todo se andará. De momento lo que tengo previsto es hacer una gira con el Palau de les Arts que irá a Alemania, Japón y Los Ángeles (Estados Unidos). Cuando vas fuera hay que intentar aprovechar para hacer alguna audición y que te conozca la gente.

-¿Se puede vivir de la ópera en España

-Hombre, yo creo que sí. Pero eso es como todo. Siempre tienes que estar estudiando, preparándote al cien por cien. Lo que hagas tiene que ser a conciencia. El primer día de ensayo, te lo tienes que saber como si lo hubieras cantado veinte mil veces.

-¿Hay hoy más oportunidades para los cantantes de ópera

-Sí, hace unos años era como un círculo más cerrado. Se va abriendo y ayuda muchísimo. Antes veías mucha gente mayor en el patio de butacas y ahora ya ves a gente más joven y te da alegría porque ves que no se va a acabar.