La vivienda eficiente llega a Xàtiva

La vivienda eficiente llega a Xàtiva

Instantáneas del proceso de construcción, esta pasada semana. Fotografías de Perales iborra

En el paisaje urbano de Xàtiva ha aparecido esta semana, de la nada, una nueva silueta. Sin que nadie haya podido atestiguar el trasiego habitual que provoca la construcción de un edificio, la urbanización de Bolvents, a las afueras de la capital de la Costera, ha visto cómo se levantaba en cuestión de días un nuevo edificio de dos pisos. Además de la rapidez de la construcción, a los vecinos y vecinas que pasaban por el lugar les ha sorprendido el extraño color de las paredes de la casa. Y es que, como podían comprobar si fijaban la vista, se trata de un edificio hecho de paja.

Este material de construcción, por estas latitudes, quedó en el recuerdo del medievo, pero goza de gran popularidad en países como Francia o Alemania desde que, a finales del siglo XIX, se pusiese en marcha el modelo de prensado del material que sigue usándose hoy en día para formar los bloques de paja. La construcción de Xàtiva es una de las primeras que llegan al territorio valenciano. La pareja de Bunyol que se ha decantado por ella para convertirla en su nuevo hogar lo ha hecho atraída por sus dos principales virtudes: la casi nula huella ambiental de la construcción, y el enorme ahorro energético que conlleva: «Solo con la estructura de paja el edificio ya cumple con la normativa de conductividad térmica y acústica y consigue un certificado energético de nivel A o B. No se han de añadir construcciones suplementarias y se consume mucha menos energía externa».

Es la descripción que hace Salut Naval, del estudio Terracota, que se ha encargado de diseñar la casa bajo la dirección de la arquitecta María Sandoval. De la paja se encarga Okambuva, empresa bioconstructora. Los bloques usados en la casa de Xàtiva, de dos metros por ochenta centímetros y 35 de ancho, se han compuesto con paja recogida en l’Albufera de València. «Son de la cosecha de la temporada anterior, que compramos a agricultores de la zona», detalla Joan Romero, de Okambuva.

El uso de bloques prefabricados agiliza, asimismo, la construcción: «Hemos tardado una semana y media en montar toda la casa, y otra semana en la cubierta. En menos de veinte días se construye toda la casa», afirma Salut Naval. La semana que viene, sus propietarios ya se desplazarán a Xàtiva a su nueva casa, que, al contrario de lo que diría el imaginario popular, aguanta algo más de un soplido de lobo: su vida útil se calcula en entre 80 y 100 años.

La estructura de la casa la forman bloques prefabricados a demanda del estudio encargado de la construcción. Así, a la parcela tan solo se transportan aquellos materiales que van a ser utilizados.

Joan Romero, de Okambuva, explica que los bloques de paja pasan por varios controles de calidad a lo largo de todo el proceso de fabricación, midiendo parámetros de densidad, humedad, composición...