"He arriesgado en el grupo de cabeza pero, cuando he visto que hacíamos el séptimo kilómetro en 2:48, me he dado cuenta de que el ritmo era salvaje. A ver cuándo reducen la marcha, pensaba yo. Pero no la redujeron" así describió Chema Martínez el maratón olímpico, la prueba con la que se quemó en vano el último cartucho de medalla en atletismo para la delegación española.

Samuel Wanjiru, de 21 años y con sólo dos de experiencia, dio a Kenia su primera medalla de oro en un maratón olímpico con una victoria trabajada desde la salida y rematada con un ataque a cuatro kilómetros de la meta irresistible para el marroquí Gharib, doble campeón mundial. Batió el récord olímpico que databa de 1984 con un tiempo de 2h06:32.

La inclusión de los Juegos Olímpicos entre las carreras puntuables del circuito mundial atrajo a los mejores. Y se notó. Etíopes, kenianos y eritreos destrozaron el grupo desde el primer kilómetro. Sólo Chema Martínez intentó seguirles, pero lo pagó y acabó en el puesto 16. José Ríos acabó el 72, quinto por la cola y Julio Rey, una vez más, abandonó. El campeón en Atenas, el italiano Baldini, se descolgó, pero supo regular y acabó décimo segundo.

Wanjiru aseguró que su próximo reto es batir el record del mundo de Gebreselassie.